Gimnasia venció 93-89 a Centro Español, se alejó del fondo de la tabla y encontró alivio en la recta final del certamen. Matías Sesto, con 20 unidades, fue el goleador del Lobo.
El Lobo sabía que debía jugar tres finales en su casa y ante su gente. Y así lo afrontó, porque derrotó 93-89 a Centro Español de Neuquén en un duelo muy luchado, subió dos escalones en la tabla de posiciones y tomó un poco de respiro en busca de su principal objetivo: mantener la categoría.
Los primeros dos cuartos fueron parejos y con alternativas cambiantes, pero con una leve ventaja para el Lobo en cuanto al marcador (43-37).
La vuelta del descanso largo le dejó al local mejores sensaciones. Pudo correr la cancha, pasar la bola, supo encontrar su momento en el partido cuando sacó la máxima (62-50) y parecía que hasta el cierre lo iba a llevar con tranquilidad.
Los factores determinantes fueron La Bella en la conducción, la intensidad de Villa y Glenn (12 puntos y 15 rebotes) bajo los cristales y la enorme producción de Nazione en los momentos calientes. Además, la mano encendida de Matías Sesto que convirtió un triple desde 6,75 para dejar las cosas 91-87 a 40 segundos del cierre que hizo estallar el Poli.
En la contra Centro Español respondió y quedó a dos unidades, pero un doble de La Bella sentenció la historia en favor del Lobo. Fue un triunfo clave para ganar confianza, continuar con el Víctor Nethol como fortaleza y salir del fondo de la tabla. No habrá mucho tiempo de descanso porque el próximo viernes, también en su casa, Gimnasia irá por un nuevo éxito cuando enfrente a Petrolero.