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Básquet

11-04-2009

APROBÓ SUS OBJETIVOS

El Lobo cumplió con su plan primario en un año con vaivenes. Hay que ponerse a trabajar de cara a la próxima temporada.

A la hora de hacer un balance de la actuación Tripera que acaba de finalizar, valen varios puntos a tener en cuenta. Hubo un recambio importante en el plantel y la meta se modificó. En nombres se podía aspirar a algo más y al menos se eludieron los playoffs por el descenso.

Después de un par de opacas temporadas se jugó para meterse en cuartos, pero San Martín de Marcos Juárez fue superior, y de la mano de Belvedere liquidó la serie en cuatro encuentros.

La tormentosa Zona Sur dejó hondas huellas de preocupación, las lesiones fueron un karma y el equipo nunca se consolidó ya que tuvo dos cortes de extranjeros: pasaron Eddie Washington y Cedric Mc Ginnis.

Además, soportó un negro comienzo con cuatro derrotas consecutivas que preocupó a todos, pero la ciclotimia del equipo lo llevó a reaccionar con tres festejos al hilo. Eso fue este Lobo 2008/2009. El mal inicio lo dejó último en la zona y la consigna era remar en el TNA 2 para sacar el barco a flote, y pese a todos se pudo.

Los tres éxitos en fila, incluido uno muy bueno en Gualeguaychú le dieron la tranquilidad de despegarse de la zona del fondo, aunque las irregularidades se siguieron plasmando en la cancha sin que Petracci le encuentre solución.

Carecer de un buen reemplazo de Lucas Pérez le complicó muchos encuentros al cuadro Tripero. La inteligencia del armador titular dejaba tambaleando al equipo cuando descansaba, trámites que tenían a los albiazules como dominadores netos se emparejaban cuando él estaba en el banco.

Pablo Bendel y Emiliano Agostino fueron las banderas de la entrega por la camiseta cuando las cosas no salían, su fervor fue motor a la hora de ir para adelante, a veces con imperfecciones en el caso del surgido en Villa San Carlos, Agostino, con un 44.3% en triples aportó 14.6 pts prom en 26 PJ. y el natural de Berisso 6.7 pts en 27 mins.

Mariano Pizzo se adueñó del puesto de alero y tuvo la mayor virtud en la paridad de sus rendimientos, aunque su influencia en el parquet tuvo buenos pasajes y otros de intrascendencia, casi 8 tantos en 25.2 mins lo dejaron en el equilibrio del cumplidor con peso relativo, pudo dar más en momentos calientes, sin que su papel haya sido malo. Tuvo la confianza del coach y le respondió de manera acertada.

Javier Scheines siempre fue una buena alternativa desde el banco aportando gol (6.8) en casi 20 minutos en cancha, con mayor o menor influencia aportó lo suyo en la cuota tanteadora repartida que logró plasmarse, 42% en el perímetro y 57% en la pintura hablan de una labor en silencio pero que contribuyó en instantes álgidos. Fue una interesante pieza de recambio aunque lo arrastraran las lagunas del plantel.

Nico Ojeda estuvo lejos de su nivel con casi 6 tantos y 19 minutos en lo general de la temporada, bajó 3 puntos en el goleo con respecto a la campaña pasada y eso se notó. No estuvo acertado con el aro y entró muy seguido en las imprecisiones del equipo.

Lisandro Villa con sus 10.7 en goleo ofreció soluciones urgentes bajo el canasto pero no terminó de cuadrarse en el arma ofensiva adecuada, fue más que nada una alternativa cuando se esperaba que fuese una variante clave.

El regreso de Jared Jhonson no tuvo todo lo auspicioso de su primer paso en la Institución de calle 4, no estuvo en plena forma física y le costó mucho adaptarse a los sistemas y al trabajo con el resto de los basquetbolistas, 13.3 pts y 7.4 rebs en ocho partidos hablan de una colaboración para todos, pero no fue el hombre encargado de darle un salto de calidad al resto, en eso el yanqui no estuvo fino.

Facundo Petracci dirigió 32 partidos en Gimnasia, con 14 vencidos y 18 caídas, récord de 9-7 en el Poli y 5-11 fuera de casa. Supo darle un respeto a la rotación de pelota y una idea de funcionamiento al equipo, pero le costó mucho leer ciertos partidos y equivocó muchas veces el camino con los cambios. No terminó en muy buenos términos con algunos jugadores y su continuidad, como la del básquet Tripero, está supeditada a muchas cuestiones.


Ezequiel Del Bueno

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