La salida de Madelón descomprime una situación pero para nada es la solución. Hay que reflexionar y salir adelante.
El fútbol argentino no está bien y muestra de eso es la cantidad de técnicos que no logran terminar sus contratos.
“Voy a ser el técnico de Gimnasia mientras dure el mandato de Gisande” anunció Madelón días después de la gesta del 12 de julio. Sin embargo, no pudo ser. No hay que ser necios, los resultados no fueron buenos y la situación era insostenible. No obstante, tampoco hay que intentar tapar el sol con una mano. El problema de Gimnasia no es sólo Madelón y eso es una certeza. Por eso, habrá que poner manos a la obra rápidamente para sacar la situación adelante.
El plantel es numeroso y con muchas aristas. Hay jugadores experimentados, con mucho peso dentro del grupo que deberán también hacerse cargo de la situación. Hay muchos pibes que debieron foguearse a fuerza de golpes y sufrimientos por la lucha del descenso, hay chicos con ganas y otros a los que les renueva la esperanza de jugar. Todos son responsables también de este momento.
Por su parte, la dirigencia también debe asumir su rol que en estos momentos es fundamental. El Club es grande y no se puede apuntar sólo a zafar del descenso. Eso fue el año pasado y para éste las cosas estaban previstas de manera diferente. No se dieron, a barajar y dar de nuevo pero a no errarle más. Habrán faltado jugadores, decisiones firmes en algunos casos, límites o negociaciones, quién sabe. Lo concreto es que Gimnasia hizo un gran esfuerzo para evitar el descenso y hoy se encuentra en una situación similar.
Por otro lado, si bien no está confirmado, el reemplazante del técnico para lo que viene en el corto plazo sería ubicar un interino de las divisiones juveniles hasta tanto arreglar el contrato con el nuevo entrenador. Ese podría ser el Indio Ortiz o en su defecto el Flaco Morant.
No es prudente aventurar posibles nombres de próximo entrenador. Esa es tarea de la Comisión Directiva de modo que habrá que esperar lo que se resuelve en los próximos días. Lo cierto es que quien se haga cargo del plantel tampoco tendrá demasiado margen de maniobra ya que la escasa cantidad de puntos que cosechó Gimnasia hasta el momento, obliga al equipo a hacer una gran campaña en el Clausura 2010.