Se abre el juego y referentes de la vida política del Club se acercan a colaborar. Gimnasia necesita trabajo, no salvadores milagrosos.
El consenso parecería ser la palabra imposible en Gimnasia. La “apertura” de Walter Gisande siempre quedó en palabras, la unión electoral nunca fue posible y hoy, inevitablemente, vuelve a circular la posible apertura política.
En este sentido, Delmar convocó a la Agrupación Nueva Generación Gimnasista comanda por Gabriel Pellegrino a colaborar en esta nueva etapa. De esta manera, los integrantes de esta fuerza política se estarían sumando a otros que lo vienen haciendo en el último tiempo, como Daniel Papasodaro (en el financiamiento de la obra de gas natural en Estancia Chica) o el arquitecto Luís Díaz, quien puso a disposición del Club su proyecto de remodelación del Bosque.
Esta situación, que para muchos hinchas llega tarde debido al descenso consumado, también abre un sin fin de incógnitas que el Club no se encarga de disuadir. ¿Cuál es el tipo de ayuda que brindará, por ejemplo, Gabriel Pellegrino? Si es cierto que se encargará del departamento de fútbol, qué pasará con las personas que hoy desempeñaban ese trabajo.
La apertura política llega de la mano de una debilidad en el plano institucional, profundizada por el lamentable descenso y si bien es un buen síntoma, hay que parar la pelota y entender que es momento de planificar las cosas. Que no se pueden tirar “manotazos de ahogado” en una situación tan delicada. Hay que pensar en todos los frentes y cuáles son los caminos a seguir de acá a cinco años por lo menos.
Por lo tanto, si este diálogo con los actores políticos de la vida del Club conlleva una planificación con ideas superadoras y proyectos a seguir, bienvenido sea. Ahora, si en realidad, lo que se busca es alguien que saque las papas del fuego, gracias, pero Gimnasia necesita trabajo, no salvadores milagrosos. ¿O no aprendimos nada?
