Gimnasia vuelve a mudarse de su estadio tras mucho tiempo y eso es una noticia negativa por donde se la mire. EDITORIAL
Hoy no hay título de tapa porque no hay palabras, y porque una imagen vale más que mil de ellas. Hoy Gimnasia vuelve a bajarse los pantalones ante el poder político, el mismo que en ocasiones te usa y en otras, te deja tirado.
Hoy Gimnasia puede ser campeón del Nacional B. Pero más allá del desenlace de esta noche, el proyecto triunfó con margen de sobra: el objetivo de regresar a Primera División ya está listo y nadie duda el gran trabajo y empeño puestos en un año entero de alegrías, calamidades, tristezas, abrazos, euforia, presión, sufrimiento, agonía, ansiedad y vaya uno a saber cuántas cosas más.
Hoy se corona el éxito de un trayecto que tuvo a Pedro Antonio Troglio como capitán indiscutible de este barco, que tuvo a la gente como protagonista principal de esta obra a la hora de reventar los estadios de varios puntos del país, y que tuvo a un plantel comprometido con la causa desde el vamos. Y todo salió bien.
Hoy será día de fiesta. O no. Es que el escenario no es el ideal. Gimnasia parece no haber aprendido de los errores y hoy vuelve a mudarse de cancha. Justo en el último partido de la temporada (aunque en realidad eso no implica nada, porque el momento es un dato meramente anecdótico) el Lobo abandona el Bosque, otra vez.
Hoy pareciera ser que no comprendimos que el éxito no se basa en permutar valores históricos por dinero sino en potenciar lo propio para forjar un crecimiento genuino, transparente e independiente de cualquier factor externo de fuertes intereses personales. Eso hacen los que con frecuencia se abrazan a los laureles.
Hoy Néstor Basile no aplaudirá desde el cielo pero sí bajará un mensaje gruñón que nos haga dar cuenta de que desviamos nuevamente el camino, que el legado que nos dejó no está siendo reivindicado como debiera ser.
Hoy no hay muchas palabras para explicar cómo nos sentimos al saber que, otra vez, cada uno tira para su lado y todo vuelve a pudrirse en desmedro del Club que amamos con locura.
Hoy Gimnasia juega en el Estadio Ciudad de La Plata ante toda su gente. Y seguramente habrá fiesta, sí. La más triste de todas. Porque el problema es que el Lobo no asistirá a la velada: la escuchará por radio desde el Bosque.