Lanús ha sabido mantenerse en la cúspide deportiva y social. Gimnasia comparte actividades educativas y acciones que debe imitar. OPINIÓN.
En las tribunas del club Lanús se puede leer: “El club de barrio más grande del mundo”, y la institución puede tener argumentos para eso. Una estructura similar a una universitaria detrás de sus plateas da lugar a obras de último nivel e incluyen oficinas de prensa, restaurante, sala de estar, estacionamiento para quinientos vehículos y diversas comodidades para los eventos deportivos. Alrededor, una decena de canchas de césped sintético en el pulmón de Lanús, donde las casas se chocan con el Estadio.
Muchas familias granates quizá fueron y vinieron dos veces en el día, porque detrás de una de sus tribunas funciona una escuela secundaria. En 2014 el Presidente Marón visitó la Universidad Nacional de Avellaneda y contó los diversos espacios que brinda la institución con una fuerte impronta social, desde comedores barriales hasta actividades de contención que buscan incluir al vecino y mantener esos orígenes que se vieron tergiversados por el negocio hace ya un par de décadas.
Pero el avance social y la idea de romper con ciertos negocios tiene sus costos. El grupo empresario Clarín ha puesto el ojo de manera negativa en los últimos meses y ha intentado ensuciar la imagen institucional, relacionadas a cuestiones de violencia e incidentes, fiel al estilo del Diario Olé –creado gracias a las aperturas del menemismo- que hace culto del resultado y no de los procesos sociales.
Es así que poco se ha dicho de la creación del CEAFA (Complejos Educativos de Clubes Afiliados a la AFA) entre diversas instituciones del país –casualmente Gimnasia integra la tesorería- para llevar a cabo actividades culturales, educativas y deportivas de forma conjunta. Esto se puede ver como un sinónimo de cambio de paradigma, para comenzar a romper esos moldes que ponen al fútbol - negocio como columna vertebral del desarrollo de los clubes.
El partido también dejó algunas reflexiones. Guillermo Barros Schelotto analizó la cuestión desde lo futbolístico y lo político: “fue clave hacer el primer gol, sabíamos que Gimnasia iba a venir a presionarnos”. Luego deslizó una crítica a Daniel Onofri. “No se olviden que cuando descendimos él era el Vicepresidente”.
Para Pedro Troglio “el equipo volvió a ser el del año pasado” y “jugó el mejor partido de los últimos seis meses”, aunque el resultado fue adverso. “Contra Chicago no merecimos ganar, y hoy teníamos que habernos llevado algo”, concluyó. El equipo también sintió en el entretiempo la pérdida sensible de su capitán, Lucas Licht, quién sufrió rotura de ligamento cruzado, la peor lesión de un deportista.
Volviendo a lo institucional, Gimnasia debe tomar lo bueno de Lanús, y la inminente construcción de la platea H con el aporte de socios y agrupaciones, es el puntapié. Las articulaciones que se dan con otros clubes son necesarias para romper ciertas barreras culturales que imponen la discriminación como fundamento cotidiano.