En el club se acentúan las crisis cuando al fútbol le va mal. Entenderlo como un todo es la materia indispensable que falta para crecer. OPINIÓN.
Hay un abismo de diferencia entre lo que hoy somos en comparación a lo que queremos ser. Observar a clubes que hace más de diez años no tenían rumbo, y al día de hoy crecieron de manera equitativa con todas sus disciplinas e infraestructura, no deja otro lugar al pensamiento que mirar hacia adentro. Gimnasia se quedó en el pasado mientras vio crecer a quienes estaban por debajo en todo sentido por seguir discutiendo quién era más gimnasista que otro.
Tiene que haber algo que motive. Aunque sea la rebeldía del mal momento que atraviesa Gimnasia en lo futbolístico debería originar la necesidad de querer ayudar al club. Sin dejar de mencionar a quienes se cargaron al hombro la extraordinaria construcción del Campus “Carlos Timoteo Griguol” y la organización de venta de ubicaciones en la Platea “Néstor Basile”, este club tiene mucha más gente capacitada y con pensamiento de querer ubicar a Lobo en lo más alto.
Hoy daría la sensación que el triperío está dividido en dos bandos distintos: los que desean que Troglio continúe y aquellos que no. Otra vez la eterna cuestión de Gimnasia por debajo de los nombres. La discusión queda sectorizada a un nivel directamente relacionado con uno de los tantos conflictos que atraviesa el club. Que el fútbol en esta situación genera malestar no hay dudas, pero es indispensable entender que solo es la punta del iceberg con cientos de conflictos abajo que llevan a esta consecuencia. Un problema sin resolver desde hace muchas malas gestiones.
Que hoy al fútbol del Lobo le vaya mal no es por un DT o ciertos jugadores, debemos aprender a observar un poco más allá de este instante y entender el proceso. Habrá que entender en algún momento que todo va de la mano. La formación e inversión en juveniles hacen al amor por la camiseta (en todos los deportes), la infraestructura al día, modernizada y con ofertas de servicios acercan nuevos socios, las puertas abiertas y la mentalidad positiva a la llegada de nuevas ideas para crecer de verdad. Todas cuestiones que suenan simples y agradables, pero son posibles solo con la fuerza de trabajo en conjunto.
