Conocido por muchos y lleno de proyectos pensados siempre por el crecimiento de nuestro Gimnasia, Walter integró Por y Para el Bosque siendo un referente en todo sentido con su característica principal de humildad. El Bosque perdió un bastión de fierro. Nota revista LetraG N°193
El pasado viernes 4 de septiembre el Bosque se oscurecía, quedaba perplejo ante una noticia inesperada y fatídica en relación a uno de sus soldados más fieles. Cerca del mediodía, el mundo Gimnasista, amigos y familiares de Walter Lemejis recibían una de esas noticias en las cuales uno debe sentarse para absorber el garrotazo. El dolor aún persiste.
Walter seguirá siendo un referente, aunque poco gustoso de tener semejante protagonismo, forjó su admiración en base a trabajo y una humildad aplanadora. Dicen que la gente que transmite energía positiva se transforma en líder sin pensarlo, y en este caso, sumado a la bondad que le desbordaba el cuerpo, era imposible no quererlo.
Desde su casa en Villa Arguello se iba temprano cada día hacia su otra casa de 60 y 118, se escapaba para ir a laburar, pero siempre volvía al mismo lugar, el Bosque. Una charla con él era ver a un Gimnasia enorme, porque no solo pensaba en sus allegados, sino que también quería unir a toda la juventud que andaba con ganas de hacer algo.
Se incorporó al espacio de trabajo cerca de sus inicios y, desde allí, el propio Nestor Basile indicaba que Walter sería una herramienta fundamental para el Bosque por su conocimiento y capacidad de trabajo, lo que justamente hacía falta en el predio de 60 y 118. Siempre en búsqueda del crecimiento del grupo en conjunto, de esas personas que piensan primero en el otro.
La obra edilicia más grande que proyectó y ejecutó Por y Para el Bosque fue el museo “Prof. Carlos Asnaghi”. En sus hombros cayó gran parte de una responsabilidad que no le pesó, por el contrario, fue quien guio de principio a fin la construcción llevada a cabo por los mismos integrantes, que hoy pueden disfrutar todos los Triperos. Le gustaba escuchar que el Bosque era su casa, y el museo una suerte de habitación donde despejar la mente.
Se ganó la confianza de mucha gente, entre ellos, el arquitecto Luis Díaz y Ariel Almeida (Intendente del estadio). Pensaba y gestionaba cada paso que daría Por y Para el Bosque en las jornadas de trabajo, se encargaba de los detalles y siempre procuraba que todo lo que vaya a realizarse sea para sumar al patrimonio.
En el último tiempo su gran motivación fue el incremento de nuevos integrante que tuvo este año el espacio de trabajo. Cada charla era un proyecto nuevo y sabía cómo potenciar a cada uno para que, no solo colabore por el placer de ayudar a Gimnasia, sino que también con la vocación individual. Una persona que pensó a Gimnasia en conjunto y nunca puso su nombre por encima.
Walter se escondía atrás de un disfraz de Papá Noel azul y blanco para repartir juguetes en el Hospital de Niños, logró con todo esfuerzo que a sus hijos no les falte nada y vivirá eternamente en el Bosque. Tus amigos de Por y Para el Bosque te vamos a extrañar siempre. VAMOS POR TODO.
