Gimnasia tuvo que trabajar más de la cuenta para derrotar a Aldosivi por la mínima en el Bosque, aun cuando jugó más de un tiempo con superioridad numérica. Fabián Rinaudo, con un bombazo de varios metros, le allanó al Lobo el camino hacia la victoria. El equipo de Alfaro volvió al pelotón de los de arriba, sigue invicto en 2017 y ya piensa en Rosario Central. ¡Vamos Tripa!
Ya es costumbre pero sale bien: otra vez, Gimnasia ganó con lo justo. Lo hizo ante Aldosivi y habiendo jugado con un hombre de más durante más de un tiempo por la expulsión de Alan Alegre en el ocaso de la primera etapa. Aun así, el Lobo sudó la gota gorda para doblegar al flojito Tiburón.
Está claro que lo de Alfaro no es el tiki Ttki ni mucho menos. Eso, se sabía de antemano. De hecho, el DT tripero se cansó de manifestar que su equipo conoce muy bien sus limitaciones y esa es, acaso, una de sus mejores virtudes. Por eso, este Lobo que ya lleva nueve sin derrotas, implementa bastante bien un libreto que le calza casi a la perfección. Un libreto made in Alfaro que busca cerrar los caminos del rival y hallar cierta practicidad en ataque.
Pasó poco en el Bosque. Poquísimo. Gimnasia y Aldosivi se disputaron la pelota de acá para allá y pocas veces generaron peligro en zona adversaria. Por eso, cuando el cronómetro marcaba 29 minutos, Fabián Rinaudo (una fiera que hizo todo bien en los 90 minutos) tuvo que desenfundar un tremendo disparo de larga distancia (casi idéntico al que ejecutó fechas atrás ante Quilmes) y le rompió el arco a Campodónico.
Con eso, al Lobo le alcanzó. Porque la segunda mitad fue casi un calco de la primera y porque Aldosivi, pese a su amor propio, nunca inquietó. Quedó la sensación de que el Lobo controló el resultado sin la tenencia del balón, con inteligencia en las líneas defensivas y con impericias en las de ataque. Allí Gimnasia quedó en deuda y nunca logró liquidarlo. Y los minutos pasaron, así como si nada. Y Merlos pitó el final.
