Una multitud acompaño al Lobo con esperanzas renovadas. Las condiciones del estadio y del campo fueron indignantes.
El hincha tripero como no podía ser de otra manera volvió a plasmar en aliento todo su amor por los colores acompañando en un muy buen número al equipo de Carol Madelón.
Tras la derrota en el clásico y con una semana muy agitada a cuestas, el hincha albiazul debió volver a ceder su patrimonio para recibir como local a River en el frío e insípido Estadio Ciudad de La Plata.
Una verdadera multitud dijo presente y recibió al primer equipo con una bandera enorme que a diferencia del moño del domingo pasado en esa misma cabecera, ésta sí fue bien desplegada.
El aliento de quienes habitualmente van al estadio del Bosque más aquellos que tuvieron la oportunidad -entrada general por medio- de asistir al encuentro fue incesante durante los noventa minutos.
Claro que los murmullos cuando algo no salía bien estaban a la orden del día, pero eso es parte del difícil presente del equipo al que todos, sin distinciones, debemos apoyar.
Para finalizar hay que decirle al CoProSeDe que no creemos que por permitirnos ingresar una bandera de tamaño superior al 2x1 tradicional, vamos a ceder en la pelea por mantener nuestra localía en el único estadio que debemos usar.
La seguridad en el estadio de 25 y 32 muestra falencias evidentes que nadie controla. Hierros sueltos en las tribunas, alambres cortados y tirados en la plateas, montañas de piedras al alcance de todos, falta de agua en las fosas que separan las tribunas del campo de juego, entre otras, dejan en claro nuevamente, que las decisiones que toma el organismo de seguridad responden exclusivamente a intereses políticos y económicos.