Ante Patronato, Gimnasia facturó lo que fue a buscar: una victoria. Los cuestionamientos por no hacer más goles no son significativos para un equipo que cuando gana no deja dudas. Para trabajar la irregularidad, lo que viene en el corto plazo será una buena medida
Una característica tiene Soso con respecto a técnicos anteriores. Alguien podrá decir que este equipo juega cada dos semanas, pero a merced de preparadores físicos, no cuenta con lesionados en las últimas fechas. Tampoco, en el plano estratégico, peligran jugadores con cinco amarillas o tiene expulsados. Por eso debe sacar provecho de la continuidad en sus formaciones.
Gimnasia gana tan claramente como cuando pierde. No sufre en la ventaja ni da esperanza en la adversidad. Así son los partidos en estas primeras pruebas de un equipo que se supone a largo plazo.
En el partido del lunes, Patronato llegó a La Plata sabiendo que no es tan débil como antes. De visitante, perdió en San Juan, le ganó a Tigre en Victoria y sacó un empate en Avellaneda ante Independiente. En el inicio del partido, presionó en tres cuartos y generó cinco tiros de esquina que no pudieron peligrar. Vio el punto flaco de la defensa en el sector Alderete / Licht, incluso pudo devenir en un penal no cobrado para el equipo de Paraná tras un agarrón tras un desborde.
Para la salida del arco de Martín Arias, el equipo de Paraná dejó libre a Alderete, que intentó jugar pero a veces no tenía pase, por eso el desarrollo de la primera mitad se tornó trabado. Oreja intentó hacer las diagonales ofensivas que truncó Bonifacio en San Martín, pero tampoco se pudieron concretar. Rinaudo alternó y cumplió en esta función de central / volante en un trabajo de ajedrez. Dibble parece depender de sus características propias, tal vez bien tapado por la estrategia propuesta por Pumpido, quien propone atacar por las bandas. Por eso cuando perdió esa batalla táctica, Colazo pudo hacer la diferencia en el mano a mano.
En síntesis, el manejo del mediocampo determinó el resultado. Faravelli comprendió que marcar con rigidez le hace bien a este equipo, y trianguló con Alemán y Colazo para marcar la diferencia. El primer gol arrancó sucio y se limpió con el pase de Alemán para habilitar al ex Boca y abrir el marcador. Eso no debe quitar mérito a la presión alta en los momentos necesarios.
Las expulsiones hicieron levantar el pie del acelerador, una acción cuestionada por algunos hinchas en la cancha y en los medios de comunicación. Es que Gimnasia no tuvo la agresividad del partido con Vélez, pero tampoco la necesitó.
¿Patronato? No tuvo llegadas claras. En cambio Gimnasia, contó con tres chances con Mazzola y convirtió una. Ibáñez lo pudo liquidar pero no llegó, y Alemán intentó con su remate fuerte. Para compensar el error del primer tiempo, el árbitro no cobró un penal sobre el final en una cachetada a Ibañez tras un pase en cortada.
En Córdoba está el objetivo de esta semana. Viene de ganar en Rosario pero fue penetrado por las bandas, una oportunidad ideal para el planteo de Soso. Luego River y Racing, tres rivales que dejan jugar pero con buen pie, y confirmar el triunfo del lunes, para salir de la transición al crecimiento y suturar dudas.
