Lanús recibe a Gimnasia este sábado por la 1ra fecha de la Superliga y pondrá a la venta 1500 plateas a un valor de 800 pesos cada una. No se venderán populares. Una medida que busca sacar rédito de la pasión del hincha y que va en desmedro de la vuelta de los visitantes. ¡Vergüenza!
Todo sigue igual de mal. En el fútbol argentino existe el libre albedrío: cada club hace lo que le conviene y sin prestar atención al bien común. Es por eso que este sábado, Lanús, amparado en el siempre difuso reglamento, planea otorgarle a Gimnasia 1500 plateas a un valor de 800 pesos cada una. Eso es lo que le costará al hincha tripero rumbear hacia la cancha para alentar al Lobo: en medio de una crisis económica de alto vuelo, la cifra asoma casi inasequible para los sectores populares.
Si la dirigencia tripera no logra por estas horas cambiar la decisión tomada por Nicolás Russo, presidente del Granate, entonces, una vez más, se podrá hablar del aprovechamiento de la pasión de los hinchas y de la disolución acelerada del folclore del fútbol.
La medida de la Provincia de abrir las puertas nuevamente al público visitante en los estadios de fútbol, en pleno año electoral y a semanas de las PASO, irrumpió como una jugada bastante riesgosa que, si se cumple con eficacia, puede resultar cierta y políticamente redituable. Pero la movida de Lanús no engrana con esa premisa, y el fastidio y la bronca de los hinchas (no solamente de Gimnasia, sino que simpatizantes de otros clubes también acusaron indignación) ya se trasladaron con masividad a las redes sociales.
Está claro que, en caso de prosperar el absurdo, los triperos agotarán esas 1500 localidades. Y allí, en el opaco entramado del fútbol argentino, saldrá ganando una vez más la lógica de la sinrazón.