Gimnasia volvió a perder de local y llegó a la séptima derrota al hilo en el Bosque en este campeonato. El Lobo cayó por la mínima ante Arsenal y tuvo un pobrísimo rendimiento. El rival abrió la cuenta a los dos minutos de juego. Hubo un clima caldeado, con insultos para Gabriel Pellegrino sobre el final. La realidad duele, pero hay que reponerse el viernes en el Florencio Sola.
Cuando un equipo que pelea por la permanencia pierde todos los partidos que juega en su estadio, el asunto se torna insostenible. Esta noche Gimnasia consiguió un récord lamentable: la peor performance como local en toda la historia del club, con siete derrotas y un solo tanto a favor.
Algo pasa. No se sabe bien qué es. Pero algo pasa. Gimnasia se florea y golea en territorios ajenos pero se convierte en un equipito carente de virtudes en el Bosque. Los trámites siempre son parejos y el Lobo, generalmente, termina perdiendo por pequeños detalles y por un solo gol de diferencia. Pero pierde, siempre pierde, siempre sopa.
Esta vez el verdugo fue Arsenal, un rival directo. Los de Rondina vinieron a La Plata a buscar un empate. A los 2 minutos se encontraron con un regalo de la defensa: pésimos marcajes, salida fallida de Martín Arias y Juan García se chocó con la pelota a centímetros de la línea de gol.
Gimnasia recibió un golpe tempranero e inesperado, y nunca estuvo siquiera cerca de remediarlo. Está claro que el Lobo se siente mucho más cómodo cuando juega de punto. Lo suyo es aguantar y salir rápido, no gestar y ser protagonista. Acaso por eso, cuando los rivales ponen cerrojo el Tripero nunca encuentra los caminos. Eso hizo Arsenal: se replegó durante 90 minutos, mantuvo el orden y ya. Todo muy fácil.
Apuntes: ¿por qué salió Guanini? Otra vez Maradona tocó equipo que ganó, y perdió. Otro: Alemán está fuera de ritmo, ¿para qué ingresó? Conclusión: García en este equipo es Maradona. Conclusión dos: es la hora de Insfrán. ¿Se acuerdan de Torsiglieri?
Sobre el final del partido, con la derrota ya consumada, hubo insultos generalizados para Gabriel Pellegrino, responsable número 1 de este desastre. Gimnasia brindará en diciembre en descenso directo: ya no tiene chances matemáticas de evitarlo.
Quedan dos partidos en el semestre y la necesidad imperiosa de ganarlos como sea. El viernes se viene otra parada esencial, ante Banfield, en el Florencio Sola. Lo único bueno es que la esperanza será lo último que perdamos.
