Si estuviste siguiendo poco las noticias este verano, en esta nota te contamos cómo fueron los días del plantel profesional dirigido por Maradona.
Un 2020 que empezó mal para Gimnasia, que sigue con los refuerzos de bajo costo con pocos partidos para definir el futuro.
Se quedó Spinelli, que si bien es joven fue uno de los más resistidos por los hinchas en el segundo semestre. Se fueron los obvios Rivas y Velázquez, rescindió un discreto Torsiglieri y puso en negociación a Guanini y Coronel, que se quedaron.
En materia de incorporaciones algunos nombraron a Goltz y se cayó, dijeron de Barcos y se cayó, filtraron a Cuqui Márquez y se cayó. Con un poco de suerte viene Maxi Cuadra – suplente de Mazzola y de Bou- o sea se parte de una base inferior que el plantel del 2015. El ex Racing jugó cinco o seis partidos en el año, y la mitad como suplente.
Por otro lado llegaron Mancilla y Agudelo, dos futbolistas provenientes de una sociedad anónima colombiana poco conocidos. Para cerrar el trío del negocio un representante se cobró las elecciones mandando a Alexis a Chile, el de la mesa chica que faltaba limpiar.
También arregló el volante Pérez García, quien supo tener un buen nivel en Tigre pero que, oh casualidad, también jugaba en Cúcuta. El equipo colombiano ascendió el año pasado a la primera división.
Para cerrar el ciclo del verano se trajo en el arco a Fatura Broun, del poderosísimo fútbol de Bulgaria. El club tuvo que buscar una imagen de archivo donde atajó una pelota ante Quilmes hace cuatro años para ponerlo en valor.
En fin, no viene nadie de “jerarquía” como se prometió en campaña, por más que esté Maradona. Los jugadores quieren plata y Gimnasia paga poco. El panorama es la consecuencia de años de mala gestión y desvalorización del patrimonio, mientras se tapa a los pibes del Club o se los echa por la puerta de atrás.
