La dupla suele ser juzgada por los cambios pero está haciendo un buen trabajo. Gimnasia sale a luchar con las herramientas que tiene. OPINIÓN
Un empate con sabor amargo por el tiro libre que no fue en la Bombonera ante un presupuesto inalcanzable, triunfo abultado pero luchado ante Talleres, derrota injusta ante el Rojo y un empate merecido ante el campeón de la Sudamericana. Gimnasia logró un comienzo irregular en números y deberá seguir trabajando.
El Lobo dejó ir a su columbra vertebral y el CT pidió mirar para adelante. Broun, Golt y García eran puntos altos en el inédito 2020 – 2021 y el lema es arreglarse con lo que hay. Paradela era una incógnita, no tenía un lugar asegurado y se fue a River como una figurita difícil acompañada por la plata dulce de Nacho. Como punto positivo es el rendimiento de Alemán, quien asiste y convierte llegando a un nivel que los hinchas esperaban cuando volvió de Arabia.
Carbonero es otro de los puntos altos que venía haciendo banco – hoy 8M no omitimos su caso-, y la defensa es un rompecabezas por las lesiones. El punto sensible es el centrodelantero ofensivo, con Barrios y Contín peleando un puesto y los pibes de la reserva de Chirola pidiendo pista.
Las críticas suelen aparecer porque los goles llegan en el segundo tiempo, con un equipo que gasta los cartuchos en los primeros sesenta minutos. Dicen que la dupla no hace los cambios a tiempo, pero basta recordar la experiencia de Banfield y Talleres el torneo pasado. No es fácil tomar decisiones en la dinámica de los encuentros, con rivales de gran intensidad.
Es que a decir verdad suele generar más de lo que dicen los números, y luego paga cara esa ineficacia. Gimnasia es lo que tiene, un equipo que estaba en la lona de los promedios, supo soñar hace poco y ahora deberá darse un baño de realidad. Por eso, el objetivo es apuntar a sacar puntos para no sufrir el próximo torneo y tirar para el mismo lado.