Un empate típico de clásico luchado y trabado. Eso arrojaron esta tarde Gimnasia y Estudiantes en 1 y 57, en un campo de juego que no estuvo a la altura de las circunstancias por su pésima condición.
El Lobo se hizo fuerte en los primeros minutos del pleito y empujó al Pincha hacia su área. Y la más clara llegó temprano, a los 10 minutos de juego, cuando Melluso la filtró para Carbonero, que entró a toda velocidad al área albirroja y tras rebote, Ramírez se lo perdió solito con el arco libre.
El Lobo se fue desinflando con el correr de los minutos, donde quedó en evidencia que la única carta certera de ataque pasaba por los pases largos a Carbonero. Estudiantes comprendió la consigna, clausuró ese sector y ahí empezó a crecer. ¿Lo mejor del local? La insistencia de Leandro Díaz, que se movió por todo el frente de ataque constantemente generando peligro.
En el complemento el Pincha salió mejor y dominó el trámite. Quizás con un excesivo juego aéreo, Estudiantes fue llevando a Gimnasia hacia su territorio. Y el ingreso de Tití Rodríguez le dio más armas en ataque, ya que ganó en pelota dominada y comenzó a penetrar por el medio.
El Lobo, en tanto, se encontró complicado a la hora de salir. Con poca participación de Alemán y con una tarea desdibujada de Miranda, Gimnasia no supo cómo mantenerse en combate hasta el ingreso de Pérez García, quien le aportó pausa, tenencia y frescura al mediocampo tripero.
A los 30 del complemento Herrera expulsó bien a Mancilla con doble amarilla tras una mano intencional en la zona media de la cancha. Y allí sí, al Lobo no le quedó otra que aguantar: adentro Cecchini por Ramírez y a buscar alguna contra milagrosa en los pies de Carbonero.
Estudiantes lo tuvo con dos muy claras. La primera, cuando solito en el área chica y de sobrepique Leandro Díaz rompió el travesaño; y la segunda, ya a minutos del final, cuando Rey sacó una muy complicada abajo tras centro de Sánchez Miño.
Cuando moría el partido lo tuvo Gimnasia en los pies de Contín, que la guapeó entre los dos centrales pero le faltó la tocada final.
Fue un justo empate, sobre todo si se tiene en cuenta que el Tripero dominó la primera mitad y el Pincha hizo lo propio en la segunda parte. Ahora, habrá que seguir trabajando de cara a lo que viene, porque todavía quedan chances de clasificación.
