No voy a descubrir nada nuevo si afirmo que los cimientos de un club de fútbol son las divisiones inferiores. De allí se forman personas y jugadores que el día de mañana tendrán la posibilidad de defender la azul y blanca o seguir otros rumbos, sea en el fútbol o en otra profesión, así como también se podrán encontrar con la posibilidad de una trasferencia a otra liga, en lo que representaría un salto personal y un beneficio para el club. A todos y todas nos gustaría ver a nuestros pibes surgidos de las divisiones inferiores jugar por muchos años en el Bosque, pero sabemos muy bien que la realidad económica del futbol argentino, y de Gimnasia en particular, obliga a concretar ventas en pos de poder sanear económicamente al club o bien volcar esos recursos en obras.
Gimnasia viene de cerrar un concurso preventivo en el que se saldaron deudas históricas y que anteceden a esta Comisión Directiva. Estamos hablando de litigios judiciales de hace más de 20 años, como pueden ser el pase del Guly al Milán o el reclamo de All Boys de La Pampa por Roberto Sosa, o cuestiones más cercanas en el tiempo como el reclamo de Ángel Cappa, que data del año 2011. Dado esta delicada situación económica, y en la obligación de vender como tienen todos los clubes del fútbol argentino, es para celebrar que la actual dirigencia y el cuerpo técnico apuesten por jugadores surgidos de las divisiones inferiores para que el club se nutra de recursos propios en el presente y en el futuro.
Este compromiso es ni más ni menos que retomar la senda de lo que Gimnasia fue alguna vez, con los casos de ventas exitosas al viejo continente como la del Pampa Sosa a Udinese, Facundo Sava al Fulham, Fito Rinaudo al Sporting Lisboa o Franco Mussis a FC Copenhague. Desde la llegada de Néstor Gorosito en agosto de 2021, no solo se cambió la mentalidad del club, que pasó de pensar en los promedios a la posibilidad concreta de volver a jugar un torneo internacional, sino que también se promovieron varios juveniles o se les dio crédito a jugadores sin tanto rodaje que supieron ganarse una valoración tanto en el técnico como en el hincha.
Sin dudas que el primer nombre que debe encabezar esta lista es el de Eric Ramírez. El oriundo de Concordia debutó con la camiseta del Lobo en 2015 y nunca había podido lograr la continuidad deseada. Se fue a préstamo a Quilmes en la temporada 2018-2019 y en su regreso, bajo la conducción técnica de Diego Maradona, supo ganar terreno entrando desde el banco de suplentes y aportando goles clave. Aunque este último año no había sido desde el arranque para Pipo, a pesar de haber tenido un buen 2021, la confianza que en la actualidad le devolvió el cuerpo técnico y sus compañeros lo han convertido en un titular indiscutido y una pieza esencial en el once titular, con 6 goles convertidos en los últimos 21 partidos, volviéndose indispensable para la comisión directiva la urgente renovación del vínculo que termina el 30 de junio.
El caso de Lautaro Chávez también es paradigmático, ya que luego de debutar en 2018 no se pudo asentar en la Primera, bajando a jugar en Reserva en varias oportunidades por decisión de los distintos técnicos. Pipo lo elogió de entrada, diciendo que era distinto y hasta animándose a poner un valor de mercado, y el oriundo de Corrientes, categoría 2001, respondió con grandes rendimientos saltando desde el banco de suplentes y ahora ganándose un lugar en el equipo titular. Para dimensionar la importancia de Gorosito, Chávez solo había disputado 19 partidos en el Lobo entre 2018 y 2021, pero desde la llegada de Pipo disputó 14 partidos y convirtió un gol en este 2022.
Otro pibe lobo que pide pista es Tomás Muro, categoría 2002, quien se desempeña como volante y puede cumplir varias funciones en el mediocampo. Gorosito deposita mucha confianza en él –debutó este año con San Lorenzo- utilizando como el primer recambio para la mitad de cancha, y el oriundo de General Pinto demuestra que no le pesa la responsabilidad, pidiendo la pelota en toda oportunidad y haciendo jugar al equipo.
Hay más ejemplos para destacar, como el caso de Benjamín Domínguez, que se ganó un lugar en el plantel de Primera sumando minutos y no volverá a bajar a Reserva por decisión del técnico, así como también los casos de Matías Miranda, German Guifrrey y Nicolás Contín, quienes por pedido de Pipo continuarán en el club. Por el volante existieron algunos sondeos, aunque luego se terminó quedando por pedido del técnico, quien le dio minutos en el último juego contra Racing; el caso del defensor también es para destacar, ya que luego de un pedido del jugador para cambiar de aire termino quedándose para ser una variante más en la zaga central, en tanto que por el delantero existía la posibilidad de seguir su carrera en San Martin de Tucumán, aunque luego desistió y termino renovando su vínculo con el club por expreso pedido de Pipo, que ante la lesión de Tarragona rechazo incorporar un delantero ya que tiene mucha fe en el tanque.
Si repasamos el partido contra Racing entre suplentes y titulares del primer equipo tripero nos encontramos con que 11 de los 23 jugadores son surgidos de las divisiones inferiores, lo cual no debe pasar por alto y es un camino para valorar. Las bases están: Chirola asegura el sentido de pertenencia desde la Reserva, Gabriel Perrone -coordinador general de las inferiores- aplica las enseñanzas vigentes del viejo Griguol, y las obras en Estancia para las juveniles avanzan a un ritmo rápido, con vestuarios y canchas de primer nivel. El presente invita a seguir germinando las semillas del mañana: el futuro ya llegó, son los pibes del club.
Renzo Stefanizzi