“Quizás tendremos que buscar un entrenador que no le guste concentrar. Por ahí lo vemos a Chirola dirigiendo en dos semanas; no lo digo con ironía”, expresó Gabriel Pellegrino en Radio La Red. Los periodistas querían títulos y el mandatario Tripero le daba uno tras otro: que Brahian Alemán no vino en forma y ahora le hace paro, que no se pudo hablar de la renovación de Rodrigo Rey y que hay un grupo de contadores en el plantel.
En síntesis, se rompieron los “códigos”, esos acuerdos que se dan en el fútbol, ajeno a los trabajos de estos tiempos por los montos económicos que se manejan. Un disputa entre varones, algo que pasa siempre entre planteles y dirigentes. Pellegrino sintió que el “paro” terminó por exponerlo a él y ventiló todo.
“No es la camiseta, no es el escudo, es guita. Ahora vamos a ver la profesionalidad de los jugadores no concentrados”, continuó. La respuesta llegó espontánea de Paloma Giordano, joven pareja de Alemán: “Está lesionado y sigue jugando, los quisiera ver a ustedes si les deben dos meses y medio de sueldo. Coherencia, por favor”, comentó entre otras palabras en Letra G.
Más allá de la Copa Argentina 2018, Gimnasia pelea el campeonato después de ocho años, cuando en 2014 un torneo corto lo dejó con chances a muy pocas fechas del final, diluidas luego en aquel fatídico encuentro con Quilmes de visitante.
En un contexto electoral, el enemigo político parece ser Gimnasia. Jugar en los medios tiene sus costos. Hoy, el resultado será evaluado con lupa, habrá que ver en el post si los jugadores omitirán hablar o irán juntos en conferencia colectiva. Lo cierto es que la relación con el Presidente se rompió y es difícil recomponer, de cara a estos dos meses que faltan que serán claves para el futuro.
Exponer las situaciones no hace más que dividir al pueblo Tripero y el que pierde siempre es el Club. Gimnasia vive un momento inédito tras mirar en los últimos años la tabla de los promedios. Por eso, la unidad tiene que estar en el apoyo permanente al equipo, teniendo en claro que los problemas se resuelven puertas adentro.
Santiago Giorello
