El Lobo volvió a la derrota en el Bosque después de mucho tiempo. Incluso dejó ir el invicto en este Campeonato, hoy ante Tigre. Porque jugó mal y porque volvió a dejar en evidencia que se encuentra en un declive desde hace rato.
Gimnasia perdió tres partidos de los últimos cuatro y no es algo casual. Eso de que cualquiera le gana a cualquiera es una realidad indiscutible, pero también existen los contextos y los momentos. Hoy por hoy, el momento de equipo de Pipo Gorosito deja mucho que desear.
Los resultados van y vienen. Es decir: nadie puede juzgar desde los números. Gimnasia puede perder con Tigre, claro, porque los de Victoria son un muy buen conjunto de fútbol. Lo que no resulta concebible es no patear al arco nunca en 90 minutos, estar sin brújula y jugar nomás, sin la más mínima idea o estrategia de juego. Y mucho menos en un momento casi definitorio como el que atraviesa en el Campeonato.
Fue 1-0 con Tigre porque a los 29 de juego se filtró Armoa en una defensa estática y venció a Rey en el mano a mano. Nada más. Eso fue todo lo de Tigre en zona de ataque. Eso y las llegadas claras cuando se moría el partido, con el Lobo ya desconcentrado.
Gimnasia nunca estuvo en partido ni se acercó con peligrosidad al arco visitante. ¿Destacados? Los mismos de siempre: bien Morales, muy bien Cardozo, algo de Benja Domínguez y la buena contribución de Soldano para lucharla incansablemente allá arriba.
El Lobo sufrió una derrota que no estaba en los planes. Ahora, hay que recuperarse frente a Barracas Central el jueves y, después, ver para qué estamos en el trayecto del final. ¡A seguir, Tripa!
