El fútbol profesional tiene varias cuestiones a resolver en pocos días y en las ultimas horas se conoció la no continuidad de Néstor Gorosito (ver nota aparte). Pero el problema no radica allí, sino que, junto a ello, la imposibilidad de incorporar jugadores y la falta de dinero para solucionar otras problemáticas, el Lobo tiene que buscar otro entrenador para su plantel profesional.
Todos los caminos conducen a que Sebastián Romero se hará cargo de comandar al Lobo en el 2023. El ex jugador y referente albiazul arribó al Club en enero de 2021 para hacerse cargo del selectivo junto a Nicolás Cabrera y Pablo Romero.
Apoyando el proyecto de divisiones juveniles de Gabriel Perrone, Chirola le dio su impronta a un equipo que tuvo muchos puntos altos durante los últimos 24 meses. Su primer torneo fue la Copa de la Liga 2021 donde no logró clasificar a la fase final y, en los 13 juegos, sumó 16 unidades con cuatro victorias, la misma cantidad de empates y cinco caídas. Sin embargo, en la Liga de dicho año, tuvo un gran desempeño donde terminó en la cuarta ubicación con 45 puntos (13 victorias, 6 empates y 6 derrotas).
Ya en su segundo año, la competición volvió a ser igual. Primero, el equipo de Chirola disputó la Copa de la Liga, donde pasó a la fase definitoria tras culminar en la cuarta posición de la Zona B (13 partidos con 7 triunfos, un empate y 6 caídas) pero cayó en cuartos de final ante Estudiantes por penales, tras igualar 0-0. Luego, en la Liga, volvió a demostrar un gran rendimiento y finalizó en la séptima posición con 43 puntos (12 victorias, 7 empates y 8 derrotas).
Durante su proceso, muchos jugadores surgidos de la cantera Tripera tuvieron muchos minutos y demostraron ser buenas opciones para el plantel profesional. Algunos tuvieron su bautismo y otros sumaron varios juegos para sumar experiencia antes de dar el salto a Primera. Los casos más conocidos son los de Benjamin Domínguez, Tomás Muro, Alexis Steimbach, Guillermo Enrique, Ignacio Miramón, Alan Lescano y Gonzalo González, entre otros.
Con respecto a su idea de juego, casi durante los dos años, el esquema que más utilizó fue el 4-3-3, con dos mediocampistas internos de buen pie y con más vocación ofensiva, junto a dos extremos que asistían al centrodelantero. En materia defensiva, una buena labor con cuatro defensores más el volante central conteniendo al equipo, que siempre buscó ser protagonista de los encuentros.
Chirola tendrá una tarea compleja en lo que será su primera experiencia como entrenador principal de Primera División. Pero cuenta con una ventaja y es que conoce a casi todo el plantel, contando los jugadores que regresan de sus préstamos en diferentes clubes y que supo dirigir en su primer año de la Reserva. A ello, le sumará aquellos que tienen un par de temporadas en Gimnasia y que también han pasado por las divisiones formativas, como lo hizo él décadas atrás.
Ezequiel Lisazo
