Gimnasia fue de mayor a menor en el Bosque esta tarde, con tribunas repletas y con la ilusión de sumar de a tres por primera vez en el año. No le alcanzó.
No le alcanzó porque cometió dos errores fatales en menos de lo que dura un pestañeo, y Defensa y Justicia no perdonó. El equipo de Florencio Varela no había ni asomado la nariz cuando, de pronto, se encontró con un contragolpe certero y con la apertura del marcador en los albores del segundo tiempo. Falló Morales y Solari dejó sin chances a Durso.
En la siguiente jugada, el central de ellos, Colombo, escaló con pelota dominada libremente ante la mirada pasiva de los futbolistas Triperos. Entró en el área y Enrique se lo llevó puesto. Delfino vio su chance y pitó penal. Fue Uvita Fernández y liquidó el asunto.
Antes de todo eso, los pibes de Gimnasia habían dominado claramente el trámite, con un primer tiempo que los vio como únicos protagonistas. Solo faltó el gol: Unsain estuvo inspirado y sacó un par clarísimas para mantener la valla en cero.
¿Lo mejor del Lobo? Miramón, que manejó la mitad del terreno, y algunas buenas maniobras de Alan Sosa, más la peligrosidad de Ramírez y las subidas de Enrique.
La realidad indica que este equipo plagado de pibes tiene mucho que corregir y que Chirola tiene que trabajar un montonazo para sacar esta situación a flote. Material hay, porque Gimnasia hoy hizo un buen partido y lo terminó perdiendo por inocencia en algunos puntos clave y por errores que pueden remediarse.
No queda más que bancar a los pibes y entender que de este lío se sale con todos tirando para el mismo lado. Ahora, a pensar en Banfield.