Durísimo. Así fue el trabajo que tuvo que hacer Gimnasia esta tarde en el Florencio Sola para traerse su primera unidad del año. Es que el Lobo debió remarla y mucho porque a los dos minutos del segundo tiempo se quedó con uno menos por la roja directa de Ignacio Miramón, quien le entró fuerte abajo a Brahian Alemán y se fue a las duchas.
Hasta ese entonces, el partido había sido parejo e, incluso, con un trámite favorable al Tripero. Sí, porque el equipo de Chirola se plantó bien ante el Taladro e impuso el ritmo de la primera mitad del encuentro. Y contó con la más clara, cuando el arquero Cambeses le tapó una bocha imposible a Steimbach.
Fue parejito el andar albiazul, con buenos rendimientos individuales, y una gran cuota de actitud y entrega. Morales capitaneó el barco desde el fondo, Bolívar la descosió en la mitad del terreno y Durso halló la confianza que necesitaba bajo los tres palos. Ahí estuvo el podio de Gimnasia esta tarde.
Claro que, con el hombre de menos, el Lobo no tuvo otra que retroceder y terminó pidiendo la hora (lo de Miramón es, mínimo, para un grueso llamado de atención por parte del DT). Es que Banfield, obligado y sin demasiadas ideas, fue al frente a buscar como pudo los tres puntos.
Falló el Taladro en algunas muy claras, ya fuese por mala puntería o por la buena tarde de Durso. Y se calentó el partido cerca del final, con cruces constantes que no pasaron a mayores.
Párrafo aparte: volvió Tarragona. El atacante saltó a la cancha en lugar de Ramírez y lo hizo bien. Regresó después de ocho meses fuera de las canchas. ¡Gran noticia!
¿El balance? Positivo. Porque el equipo mostró actitud, sacó pecho en una situación compleja y se trajo un valioso punto de una cancha siempre difícil. Habrá que revalidar lo hecho, entonces, el próximo viernes en el Bosque ante Instituto, para meter una victoria y empezar a ganar terreno. ¡Bien, muchachos!
