Siga, siga, Lamolina. La histórica frase del histórico referí, Francisco Lamolina, calza perfectamente para explicar el partido que hoy le robaron a Gimnasia en cancha de Barracas Central. ¿Hasta cuándo todos permanecerán pasivos ante las maniobras alevosas del arbitraje que, a menudo, perjudica notoriamente a los rivales del equipo del presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia?
Gimnasia hizo un primer tiempo olvidable y extremadamente malo. Por eso se fue al descanso perdiendo bien 1-0, aunque habiendo insinuado algún repunte sobre los minutos finales, quizás un presagio de lo que vendría después.
Y después, en el complemento, hubo un partido distinto. Allí el Lobo mostró las garras y Chirola pateó el tablero: metió cuatro cambios de una y el equipo empezó a jugar. Miramón se hizo gigante en el medio y, con empuje y buen juego, el Tripero acorraló a su rival.
Pero claro, a la mala puntería adelante (Sosa y Comba fallaron dos increíbles, mientras que Miramón metió una bomba espectacular en el travesaño) se le sumaron la gran tarde del arquero Desábato (tapó varias decisivas) y la evidente intención de Nicolás Lamolina (hijo de Francisco) de favorecer al conjunto local. Un montón.
El Lobo fue al frente y mereció no solamente el empate sino la victoria. Y, ya en el último tramo, llegó el robo. Primero, Lamolina fue a revisar el VAR y anuló el empate de Tarragona (el nueve había definido de gran manera, al ángulo) por una mano casual de Benjamín Domínguez en la jugada previa. Hasta el reglamento es claro: era gol válido.
Después, el colmo: en la última bocha del partido el referí cobró por propia cuenta un offside finísimo de Morales, quien cabeceó y la mandó adentro del arco. Acto seguido, la tele mostró solamente una vez y muy fugazmente la repetición de la jugada, y listo. Todos a casa. Final: victoria de Barracas Central sobre Gimnasia.
Otra vez, como ya es costumbre, el equipo de Chiqui Tapia sale beneficiado y nadie hace nada. Así está el Fútbol Argentino. Siga, siga, Lamolina.
Al margen: hay que levantarse y seguir. El sábado en el Bosque, ante Colón, hay que ganar. ¡Vamos los pibes, siempre!
Agustín Colianni