Estaba cantado: con Espinoza en el VAR, algo iba a pasar en contra de Gimnasia. Y pasó. Pero, más allá de otro partido en el que el Lobo sale perjudicado por el arbitraje, hoy el equipo de Chirola estuvo muy lejos del aprobado.
San Lorenzo resolvió muy fácil un encuentro que se le había presentado complejo. Es que, hasta los 14 minutos de juego, cuando Echavarría le mostró la roja directa a Enrique -quien innecesaria e irresponsablemente fue fuertísimo abajo en la mitad del terreno-, el asunto estaba más que parejo.
El análisis resulta simple: si a estos chicos les cuesta una enormidad 11 contra 11, con uno menos la cosa está juzgada. Encima, el referí cobró un penal inexistente (esta vez, curiosamente no hubo ningún llamado del VAR) en el segundo tiempo y dio lugar a que el Ciclón se pusiera 2-0 y liquidara la historia.
Después, vino una ráfaga de San Lorenzo para golear 4-0 y listo. Nada más.
Preocupa el presente de Gimnasia. No porque no haya material (sí hay y del bueno, son pibes que juegan bien) sino porque está tardando mucho en asomar un 11 ideal que salga de memoria.
Apuntes: Comba no sirve de titular. Sosa no puede faltar nunca. Enrique es mucho más de 4 que de extremo, y lo que hizo hoy es inadmisible y debe tener consecuencias. Ramírez, en nivel bajo, es superior al resto de los delanteros. La estructura está: hay que ver quién se para al lado de Miramón. ¿Un lógico 11? Durso; B.Schelotto, Morales, Sánchez, Melluso; Miramón, Sosa, Muro; Benja, Ramírez y Tarragona.
Ahora, se viene un clásico de suma importancia. Hay que salir a flote y jugarse a todo o nada el domingo en el Bosque. Sin tintas medias.
Agustín Colianni
