Así se juegan los clásicos: como lo hicieron esta tarde los pibes de Gimnasia en el Bosque. Hablamos de los pibes de Chirola, sí, que se llevaron por delante a Estudiantes y cortaron una racha maldita de 13 años sin ganarles.
Si bien el asunto se hizo cuesta arriba de entrada, porque el visitante abrió la cuenta a través de Boselli tras una desatención defensiva, de a poco el Lobo se fue acomodando en la cancha y no dejó dudas para asegurar el triunfo tan esperado.
¿Las claves? Garra, tripa, alma y buen fútbol. Miramón se comió en dos panes a Sosa y Ascacíbar en la mitad de cancha. Lescano fue conducción y Benjamín Domínguez lo sacó a pasear a Godoy cuantas veces quiso. Los tres jugaron con el corazón en la mano. Pero también los demás, desde Durso hasta Napolitano, quien fue el último en ingresar cerca del final.
Luego de ponerse en ventaja, Estudiantes no hizo más que replegarse. Y Gimnasia fue y fue. Y avisó con algunas claras que tapó bien Andújar. Y ya en el complemento, el primer grito: gran centro de Maximiliano Comba e impecable cabezazo de Lescano.
Pero el Lobo fue por más, claro. Porque los pibes querían ganarlo. Así que Chirola mandó a Ramírez a la cancha y la Perla respondió: ganó una dividida en el área del Pincha y Carrillo lo cortó abajo. Iban 36 minutos y Tello pitó penal. Tarragona le dio con alma y vida para colgarla en el ángulo, y el Bosque explotó.
Lo que vino después fueron los pibes bancando los trapos, teniendo la bocha y superando a sus rivales con la fiereza de un licántropo. Tello alzó los brazos y el punto se abrazó al final. Fiesta descomunal en el Bosque.
Lo de esta tarde quedará en la historia. No solo por el hecho de que Gimnasia cortó una racha muy desfavorable, sino porque lo hizo con justicia y con mayoría de pibes surgidos en el Club, que sienten la camiseta como nadie y que hoy jugaron como lo que son, también: hinchas.
¡Arriba Gimnasia, siempre!