El Lobo afronta una clave de cara al futuro. Se viene el clásico y no queda otra que sacar un buen resultado. Como siempre, el pueblo Tripero se une para alentar antes, durante y después del partido sabiendo que el apoyo popular es indispensable para lograr grandes objetivos. Vamos Lobo todavía.
La semana previa al clásico siempre es especial. No por lo que representa enfrentar al equipo albirrojo, sino por lo que se genera de Gimnasia hacia adentro.
El equipo se concentra en un partido fundamental en lo deportivo, la dirigencia ajusta detalles para que todo salga bien y la gente une esfuerzos para aportar todo lo que se pueda en pos de vencer en una batalla clave.
Por eso, en estos días no se habla de otra cosa. Muchos Triperos organizan la fiesta que el año próximo intentarán imitar, sin éxito, en la tribuna de enfrente, se piensa en agasajar a los jugadores y al cuerpo técnico, para que sientan un respaldo total y se convoca a todos a estar más unidos que nunca.
En este sentido, el banderazo que se está armando para el sábado previo al partido trajo algunas discusiones acerca de si es necesario hacerlo o no. Algunos lo asocian con las derrotas de los últimos años y dicen que no hay que llevarlo a cabo. Otros, en cambio, dejan de lado cualquier conjetura y sólo piensan en exteriorizar esta pasión, que sólo entendemos los hinchas de Gimnasia.
Las brujas no existen, lo que existe es el amor por los colores. Las cábalas y la mala leche para sacar resultados no le corresponden a una hinchada que siempre se ha caracterizado por ser honrada, humilde y con mucho aguante.
No hay que entrar en el juego. Los partidos se ganan dentro de la cancha y en los tablones. Y si en los últimos años se vivieron derrotas dolorosas, se debió a miles de factores, pero seguramente, no fue responsabilidad de la hinchada fiel, que alentó y se deslomó durante los 90 minutos de cada encuentro para sacar las cosas adelante.
Hacerse cargo de las derrotas del equipo es un castigo tan exagerado como injusto. Lo único que entra en discusión es si la gente debió suspender el partido de aquella goleada trágica o no. Y aqui la historia, día a día, lo está respondiendo: El Lobo no abandona.
Por eso, cada uno sabe lo que tiene que hacer. Lo que no se puede es contener la pasión y el sentimiento que emerge en cada Tripero a cada momento. Hacer el esfuerzo de no salir de casa con una bandera y con la camiseta puesta es cosa amargos, como dejar de ir a la cancha ahora que la moda está pasando o como ponerse la “4” de la Selección, al mejor estilo del Manchester Utd. ingés.
El sábado previo al partido, será una fiesta como lo es cada día, pero con la diferencia de que acá el pueblo se junta, confirma su supremacía absoluta y le da ánimo a un equipo que siente la camiseta como hacía años no ocurría. Por lo tanto, el que quiera que se acerque a alentar al centro, y el que no, que se quede en su casa, alentando desde allí, y haciendo fuerza para obtener un triunfo.
En lo que no se debe caer, es en el juego de dividir las aguas justo ahora, que lo más preciado y lo que mejores resultados está dando es la unidad entre los Triperos. Como siempre: Vamos al frente Lobo.
SE PERFILA EL EQUIPO
En este contexto, el equipo de Madelón sigue trabajando sin pausa. La idea por estos días fue hacer fútbol en el 25 y 32 para ir familiarizándose con las dimensiones del campo, con el suelo, las distancias, etc.
Por eso, el técnico albiazul armó un amistoso frente a jugadores libres de Berazategui que terminó con el triunfo de Gimnasia por 3 a 0 con goles de Stracqualursi en dos ocasiones y el restante del Pampa Sosa.
Lo más relevante de de la semana pasada de trabajos es la posible inclusión de Mariano Messera en lugar de Ignacio Piatti. Madelón lo fue probando en varias prácticas y las chances de la inclusión de Potrerito va en aumente.
Además, las jornadas siguientes de entrenamientos serán claves para la recuperación de varios jugadores, que seguramente serán titular: Patricio Graff, Chirola Romero y Franco Niell.
Es apresurado aventurar una formación. Pero por lo que se viene viendo en los entrenamientos, el once inicial puede ser: Sessa, Ormeño, Maldonado, Agüero y Graff; Messera, Rinaudo, Romero y Villar; Niell y Sosa.
