A días del inicio del Apertura, Gimnasia debe aprovechar lo vivido para no volver a sufrir hasta el último minuto.
Ya sabemos lo que es pelear por la permanencia, ahora es cuando todo lo sufrido en el anterior torneo tiene que servir de experiencia para no volver a cometer los mismos errores y profundizar los aciertos.
En este sentido, la incapacidad goleadora de la ofensiva albiazul hizo que muchas opciones claras de gol no se concretaran y con ello, partidos que deberían haber terminado en triunfos no han sido tales.
Ahora esperemos que con la incorporación de Vizcarra esa tendencia se revierta. El rosarino es un hombre que Madelón conoce bien tras su paso en Rosario Central y es además el DT que mejor lo ha explotado.
Además de eso, no mucho más para apuntalar en un equipo que se ha mostrado sólido defensivamente y al que se acopla uno hijo prodigo del club a reforzar un sector que se entiende bien: Leandro Cufré.
El mediocampo está, si bien es muy posible que Rinaudo sea vendido –es la única forma de alivianar las arcas- en líneas generales el mediocampo es un sector que presenta recambio para el técnico.
A la gente no se le puede pedir más. El torneo pasado fue una inagotable muestra de amor fecha tras fecha con una fidelidad y paciencia asombrosa. Claro está que pesimistas hubo siempre, pero la mayoría del pueblo tripero nunca perdió las esperanzas y aun con el 0-3 en Rafaela reventó el Bosque agotando todas la entradas sin moverse de su lugar a pesar de que a 20 minutos del final no se nos daba una.
Aprender, esa es la clave, sobre todo para no cometer errores del pasado que sólo lograron depositarnos en un lugar indeseado por todos y del cual con mancomunado trabajo vamos a salir para devolver a Gimnasia al lugar que se merece.
Es clave la unidad de todos los sectores y la memoria, pieza vital que no permitirá que oscuras figuras del pasado vuelvan a hacer de las suyas.