El defensor tripero habló luego de la derrota frente a Arsenal y le pegó al árbitro Laverni, pero también le apuntó al hincha.
“Acá se silba cuando el equipo quiere jugar a algo” dijo Álvaro Ormeño luego del partido del domingo. Había nerviosismo el domingo, pero nunca se escuchó un silbido. El defensor debería mostrar compromiso y responsabilidad en lugar de agredir al pueblo albiazul.
Desde hace tiempo que venimos remarcando la necesidad de estar juntos en esta larga lucha. De eliminar los murmullos y apostar al aliento como único mensaje. Ahora, luego del comentario de Ormeño no vamos a cambiar la postura, al contrario, vamos a duplicarla.
El hinchca de Gimnasia viene apoyando incondicionalmente al equipo desde hace mucho tiempo. Se viene bancando todo, incluso la seguidilla interminable de irresponsabilidades que muestra el defensor en cuestión dentro de la cancha.
No vamos a cambiar ya que el aliento es consecuencia de los valores del hincha. No se alienta por conveniencia ni para demostrar nada. El hincha alienta por sentimiento y pasión. Duele escuchar que un jugador diga que se silba. Pero ese dolor no llega por el “qué dirán” ni por el momento en que el chileno sale a hablar. El dolor, en realidad, llega únicamente porque es mentira. Nunca hubo silbidos en la cancha.
Hay que admitir, y lo venimos remarcando a través de la revista, la radio o la web; que de local el clima se hace denso a partir de la ansiedad de la gente por ver ganar al equipo. Y más cuando los resultados no se dan y se dejan pasar chances increíbles. Pero eso no son silbidos.
Entonces, si día a día todo el mundo tripero está pendiente de armar cada movilización; si todos los días se piensa en dejar las críticas de lado para apoyar en un momento delicado, es un grave error que un jugador salga a hablar de los hinchas y encima con imprecisiones.
Ya está. Que el tiempo borre la marca. Y consecuente con lo que decimos, sigamos alentando incondicionalmente al equipo ya que de esto se sale entre todos. Ahora sí, esperemos la rectificación del jugador y que aumente su grado de responsabilidad y compromiso frente al momento que vive la institución.
