Es una realidad que Gimnasia necesita renovar el plantel, desprenderse de contratos onerosos y promover juveniles para comenzar a equilibrar las finanzas. Pero esa ardua tarea tiene un punto de contacto peligroso con la pérdida de patrimonio y el debilitamiento del plantel. El hincha está preocupado y espera.
Una vez confirmada la continuidad de Diego Cocca como entrenador, era un hecho que conformaría una lista de jugadores prescindibles con el objetivo de realizar una renovación en el plantel.
Esta situación dejó tela para cortar a partir de algunas decisiones “discutibles” desde la visión de los hinchas, que vieron con buenos ojos algunos nombres y no tanto otros.
Sin embargo, entre esa lista de jugadores que no interesan y la otra, que menciona a los refuerzos que pretende el entrenador se está dando un desequilibrio. Se están yendo varios jugadores y todavía no llegó ninguno nuevo, con el agravante de que es una realidad la posibilidad de que Gimnasia pierda patrimonio en esta movida.
La salida de jugadores que aún tienen contrato vigente con el Club preocupa a los hinchas, como así también, la falta de cintura para manejar, por ejemplo, el caso Stracqualursi, que de buenas a primera se va de la institución cuando con él se hubiera podido hacer aunque sea un buen negocio.
No hay que llegar al extremo de la situación límite que auguran algunos medios, pero tampoco hay que dormirse en los laureles. Dejando los rumores de lado hay que esperar a ver cuáles son los próximos pasos en materia de conformación del equipo.
Es un dato positivo que Gimnasia haga una renovación del plantel para bajar costos y para cambiar el rumbo futbolístico, pero eso no debe pasar la línea de perder patrimonio, de perderse buenos negocios y fundamentalmente, de dejar armado un equipo pobre, condenado nuevamente a pelear por el descenso.
