QUÉ ME VAN A HABLAR DE AMOR Guillermo Barros Schelotto está cada vez más cerca de regresar a Gimnasia. Nosotros lo bancamos.
En cada receso de campeonato resurge el tema del regreso del Melli a Gimnasia y con el correr de los años eso ha causado diferentes puntos de vista entre los triperos. La realidad es que Guillermo Barros Schelotto es un ídolo del Lobo, al que hay que cuidar y al que hay que entender. Que es tripero no caben dudas. Y que siempre quiso lo mejor para el Club tampoco.
Algunos cuestionaron la actitud del Melli por haber esquivado tantas veces su regreso, sin atender a sus vínculos contractuales con la liga norteamericana y mucho peor, sin atender a sus asuntos familiares, sus decisiones personales y sus diferencias con tantos personajes que destrozaron a Gimnasia.
¿Está mal que no haya venido (al margen de sus limitaciones contractuales) en la dirigencia de Muñoz? Que desprestigió como nadie a la institución y a su persona. Quien echó por tierra la identidad de Gimnasia pasando por alto los valores más íntimos de los triperos. Que intentó humillar a Guillermo y a Gustavo diciéndole jugadores retirados. Que hizo cambiar la visión de Club que tenía el Lobo hacia afuera, reemplazando el mote de “Club que enamora” por la de “Club que te quema”. Que agredió a tantos hinchas. Que apretó en Asambleas. Y las notas siguen y siguen.
¿Está mal que no haya venido bajo la presidencia de Gisande? Que nunca tuvo un proyecto futbolístico serio y cuando apostó a los referentes lo hizo delegando responsabilidades en ellos, que no le correspondían. Que dejó muy mal parado a Gimnasia endeudándolo en forma inédita y dejándolo en la situación actual. Que desprestigió como nadie la figura de Sanguinetti, quien renunció tres veces hasta dejar el cargo. Que perjudicó notablemente al Moncho Fernández, pidiéndole favores y luego condenándolo en su carrera por haber perdido tres partidos seguidos. Que siempre le dio la llave del Club a los técnicos, dejando en ellos la responsabilidad de traer y echar jugadores. Y que entre otras tantas cosas, cometió un verdadero papelón con Cufré, dejando expuestas las peores miserias de un Gimnasia en decadencia y etc., etc., etc.
¿Está mal que Guillermo haya puesto todas estas cosas en la balanza y le haya sumado a eso su situación familiar, sus intereses personales y sus convicciones triperas? No, no está mal y por eso lo bancamos. Uno analiza todo antes de tomar decisiones tan importantes y por eso, la caída estrepitosa en estos últimos años y las aberrantes decisiones tomadas por las diferentes comisiones directivas le dan la razón al Mellizo.
Recordamos su gambeta endiablada, sus golazos con la camiseta tripera, sus besos a la gloriosa, su festejo con el bailecito, sus duelos con los más grandes del fútbol argentino, aquel golazo a Banfield, su humildad y sencillez, su amor por Gimnasia. Pero también lo recordamos luego, sufriendo por el Lobo sin querer meter palos en la rueda y haciendo referencia a Gimnasia cada vez que se le presentó la oportunidad.
No tenemos nada contra quienes no lo quieren pero las cosas hay que analizarlas en profundidad y no quedarse con lo superficial, muchas veces distorsionado por los medios y los mal intencionados.
Melli “En la Boca sos ídolo, en La Plata sos Dios” reza una bandera que dice la pura verdad. Porque en la en La Boca es Guillermo y acá, en La Plata, es El Melli, lo que marca que tiene una idiosincrasia propia, que siente como nosotros. Un día fue consultado acerca de la cantidad de títulos que había obtenido en su carrera y cuando el cronista le remarcó que eran 16, el Melli, dejándolo muy mal parado le respondió “no, son 17, en Gimnasia gané la Copa Centenario” y esas pequeñas cosas, nos siguieron manteniendo unidos.
Guillermo Barros Schelotto hoy forma parte de la esperanza de un Gimnasia mejor y esperemos que se confirme. Pero de no concretarse, las cosas no van a cambiar al menos para nosotros. Porque los valores no se negocian y las alegrías han quedado marcadas a fuego para siempre. Te esperamos.
