Que lo pasado debe quedar pisado es una sentencia que suele utilizarse con demasiada frecuencia; tal vez más de la que debería. Y es que al echar un vistazo atrás uno puede entender mejor el porqué del lugar al que se ha llegado.

Desde el ya mítico 12 de julio de 2009, hemos visto al Lobo caer y seguir cayendo, más allá de algún atisbo de reacción producido justo a tiempo para afrontar otra temporada más. Hoy, quizá, nos encontremos ante esa misma situación una vez más. Habrá que revertir los números y obtener una victoria que permita jugar por tercer año consecutivo la trascendente instancia terminal que puede derivar (como ya demostró Central) en más de un año intentando volver a la máxima categoría, la que claramente merece un club con la historia y la hinchada que tiene Gimnasia.

Responsables de este crítico momento hay muchos; pero siempre hay quienes tienen un grado mayor de ella, pues fueron quienes tenían la autoridad para tomar las decisiones y responder por ellas. En este caso, el derrotero de penurias comenzó en la Temporada 2006/7, bajo la presidencia de José Muñoz y con el querido Pedro Troglio como DT.

En ese ciclo, Pedrito dirigió 26 partidos. Perdió la mitad, ganó 9 y hubo 4 empates. Con una efectividad del 39,74%, Troglio debió abandonar el cargo y luego comenzó una alocada secuencia de derrotas y sucesiones de interinatos y DT's caros y poco efectivos.

La lista la inició Ricardo Kuzemka (50% de efectividad en dos partidos), luego Francisco Maturana (17,95% en 13) y, finalmente, el hoy técnico visitante, Julio César Falcioni (40% en 15 partidos).

Falcioni debió alejarse tras las elecciones en las que se consagró como presidente del club Walter Gisande, en cuyas manos llegó el "Topo" Sanguinetti y la tan ansiada vuelta a casa. Sin embargo, el retorno al templo del Bosque fue una apabullante goleada de Lanús que presagió lo que ocurriría durante el resto de su gestión.

Tras ponerse el buzo en 28 oportunidades y lograr apenas 6 triunfos, Sanguinetti debió partir del banco el día en que retrasó las líneas del equipo apenas logró empatar un clásico que venía complicado, lo que acabó en derrota 3-1. Con su escaso 30,95% de efectividad, el “Topo” dejó su lugar al DT que encabezó el milagro y condujo al equipo durante el período más largo del lustro: Leonardo Carol Madelón.

14 victorias, 17 empates y 15 derrotas redondearon el 42,75% final con el que Madelón abandonó el banco tripero. Es el mejor porcentaje de efectividad de un ciclo decadente. Tras su alejamiento, asumió el hacedor de la Monchoneta, pero debió partir con 0% en apenas 3 partidos y cederle su lugar a Diego Cocca, quien en 27 cotejos obtuvo el 35,80% de los puntos en disputa, superando el escaso 30,56% que Ángel Cappa alcanzó en sus 12 encuentros, ya bajo la presidencia de Héctor Delmar.

El actual triunvirato, con corazón de hierro, está conformado por Morant-Ortiz-Pereyra. Llevan 17 partidos en total y con 3 triunfos alcanzaron un 31,37% de efectividad.

Si se mide el ciclo iniciado en aquella lejana Temporada 2006/07, bajo tres presidencias distintas, se llevan disputados 189 partidos, con 48 triunfos, 56 empates y 85 derrotas, lo que implica apenas un 35,27% de puntos obtenidos. Muchos nombres, pocas victorias.

Por eso, pasado el mal trance de esta Temporada, se impondrá seguir el consejo del poeta español Antonio Machado y hacer como el caminante: volver la vista atrás para mirar esta senda que nunca más se ha de volver a pisar.


Carlos Vázquez