La máxima virtud del Lobo pasa por la actitud y el sacrificio que demuestra fecha tras fecha. Hay que seguir dejando todo. Análisis
La máxima virtud del Lobo pasa por el sacrificio y la actitud que demuestra fecha tras fecha. Es por eso que el equipo de Pedro Troglio consigue resultados y está dispuesto a dar pelea para conseguir el ascenso a mediados de año. No hay que subestimar ni agrandar a los rivales porque “lo que mejor sabemos hacer es dejar todo dentro de la cancha”, asegura el entrenador tripero.
Ni bien terminó el partido con Desamparados, Pedro Troglio habló con la prensa y transmitió tranquilidad al hincha tripero. No tanto por los deseos del entrenador, que en general son coincidentes con el común de la gente, sino sobre todo por la sinceridad que expuso al remarcar que “estamos en condiciones de ganarle a cualquiera si hacemos las cosas bien, pero de perder con todos si las hacemos mal”.
Porque es así. Hoy Gimnasia tiene un equipo limitado que debe exprimir al máximo sus capacidades para quedarse con un triunfo. Del mismo modo, si alguna de sus variantes no funciona a la perfección, el equipo de Pedro puede sucumbir ante el peor equipo del campeonato.
En este escenario, uno busca cuáles son esas herramientas que pueden ser letales a la hora de buscar un buen resultado y allí no encuentra eficacia arriba ni solidez suprema abajo. No encuentra tampoco un mediocampo impasable ni un jugador desequilibrante. El Lobo tan solo cuenta con su máxima virtud que es la entrega.
A partir de la entrega el equipo puede potenciar sus capacidades. La defensa puede sacar todo (a donde fuera, pero puede sacar todo). El mediocampo puede hilvanar alguna jugada (o al menos hacer cinco pases seguidos) y puede también aprovechar al máximo el recupero del balón. Con la entrega del equipo se puede llegar al gol después de tanto insistir, se puede anticipar en un rebote o tan solo ganar en lo alto con un cabezazo.
“No podemos dejar de lado lo que mejor sabemos hacer que es la entrega –sostuvo Troglio-, por ahí creímos que el equipo podía ganar desde otra óptica y nos equivocamos, no vamos a ganar desde otra óptica que no sea simplemente con lo que mejor sabemos hacer, que es dejando todo dentro de la cancha” .
Ahora bien, tan dependiente de ese rasgo es el equipo, que sin la entrega difícilmente pueda concretar alguna de las virtudes anteriormente mencionadas y vea su rendimiento reducido a lo que fue el partido con Patronato, por ejemplo.
Con esto, no se puede aseverar que es fácil lo que queda por delante, para nada. Sino sencillamente, podemos afirmar que el Lobo al menos y luego de tanto tiempo, comenzó a darse cuenta de cuál es el camino a seguir. Se podrá ganar y perder, pero lo que no puede pasar es que el equipo no deje todo en cada partido.
