Por su capacidad y honestidad, Pedro Troglio comienza a alcanzar aquel pedestal de Carlos Timoteo Griguol. OPINIÓN.
La muestra de afecto hacia el Club que deslizó Pedro Troglio en su regreso a Gimnasia le devolvió al hincha tripero la imagen de Carlos Timoteo Griguol.
Su sinceridad y frontalidad, su buena voluntad y su predisposición para el trabajo y esa simple capacidad para detectar y resaltar cuáles son las cuestiones esenciales que las personas deben priorizar, le permitieron a muchos preguntarse si puede ser el sucesor del Viejo cordobés.
El hincha de Gimnasia necesita honestidad brutal como necesita que los jugadores dejen todo adentro de la cancha. En el Lobo, un crack displicente no recibe los aplausos que recibe un rústico que se mata adentro de la cancha. ¿Parte del problema? ¿idiosincrasia? Lo que quieran... pero es así.
Y con Pedro pasa más o menos eso. Los hinchas necesitan que no le mientan, que el equipo vaya al frente, que se mate, que los jugadores piensen y declaren que aman a los hinchas, a la camiseta, al club y a los colores. Pero no que lo digan para cumplir sino que lo digan con convicción, con es impronta que Troglio les contagia, metiéndolos en un mundo ideal en el que se respira Gimnasia todo el tiempo; en el que se vive en función de lo que pasa con la institución. Como le pasa a los hinchas...
El actual técnico tripero cada día da un paso más hacia la cúspide que ocupa Carlos Timoteo Griguol. Eso tiene mucho de positivo ya que el Viejo dejó una marca en Gimnasia que ya nadie podrá borrar. Ordenó el fútbol, promovió jugadores, vendió por millones y así resolvió las finanzas del Club, impulsó la remodelación del estadio, organizó fiestas para recaudar, consiguió sponsors para mejorar las instalaciones, educó a los jugadores, le enseñó a los dirigentes, direccionó positivamente a los hinchas, entre otras tantas cosas.
Pedro va por ese camino, con otras prioridades debido a la coyuntura, pero con el mismo empuje y con la pasión que caracteriza a un tripero de ley.
No es fácil lo que está atravesando Gimnasia, pero uno en ciertos aspectos se despreocupa sabiendo que, al menos desde el cuerpo técnico, se dejará todo para que las cosas vayan lo mejor posible. ¿O alguien imagina que Troglio podría ser cómplice de esa teoría infundada que hoy circula por algunos medios que dice “Gimnasia no quiere ascender”?
Así estamos y por eso debemos cuidar a Troglio, un hombre del fútbol enamorado de Gimnasia. No es un dios ni mucho menos, pero luego de varias temporadas en las que pasaron técnicos que nada tenían que ver con el Club, contar con Pedro entre nosotros es una garantía de sentimiento. A pesar de cómo termine esta historia y a pesar también, de que muchas de las acciones de las que se ocupa el entrenador, le corresponden en su totalidad a la comisión directiva.
