Partido chivo. Noventa y pico de minutos que refirmaron la teoría: a Gimnasia todo le cuesta el doble. Bien Monetti: como siempre, bah. Excelente la defensa: Magallán aprende y resuelve cada vez más y mejor, y Piarrou desbarató murmullos pesimistas que en la previa sobrevolaron el Bosque. Para Troglio, según dijo en la conferencia postpartido, fue la figura del equipo. Puede que esté en lo cierto: el Loco se aguantó sin sobresaltos a dos de los mejores delanteros del certamen. Y vale por duplicado por tratarse de un puesto que no era el suyo.

Después, Casco volvió a un nivel superlativo y Benavídez jugó su mejor partido desde que pisa Primera División. Por eso, el Lobo tuvo puntos altos pero otra vez se olvidó de hacer goles. Y no haciendo goles no se gana, y si no se gana los de arriba se escapan más y más.

No hay que desviar la mirada de que hoy se jugó con ocho tipos surgidos del Club. Eso dice muchas cosas, demasiadas, pero quedará para otro análisis. Lo cierto es que Gimnasia redondeó la mejor actuación de los últimos cotejos casi sin tener “forasteros” en cancha.

Hace exactamente una rueda Osvaldo Ingrao pegó el portazo. El Lobo se hallaba a siete unidades de Quilmes, el equipo que por entonces ocupaba el cuarto puesto en la tabla. Hoy Gimnasia está a ocho puntos de Rosario Central, el elenco que hasta el momento se queda con la segunda plaza para la Promoción. Resumiendo: desde que está Pedro no se pudo descontarle a los cuatro de arriba. Sin embargo, con una remontada idéntica (o más notoria, por qué no) como la que se gestó hace exactamente una rueda, Gimnasia podría volver a meterse en la discusión. Quedan diez fechas. Treinta puntos. Hagamos cuentas. Con un poco de suerte (si bien eso en Gimnasia es utopía) los números dan. Es mucho tiempo el que queda. Además, el Lobo ya se topó con los más fuertes. Lo bueno es que, al no tener ya el mote de candidatos al ascenso, las presiones bajan.

En síntesis: jugando como hoy, se puede. Si fuiste superior al mejor, quiere decir que podés ser superior a cualquiera. Claro que, para eso, hay que mentalizarse en el objetivo y trabajar arduo para lograrlo.

En silencio. De esa forma el Lobo de Pedro deberá subir la escarpada. Que los demás se peleen por ver quién es el más fuerte, que ignoren que Gimnasia todavía está vivo y dará lucha hasta el final. Eso le conviene a este plantel. Queda mucho tiempo. El último tren todavía no pasó por el Bosque.


Agustín Colianni