¿Qué se le puede pedir al hincha de Gimnasia? Nada, nada más, porque da todo, porque por 90 minutos de azul y blanco viaja 24 horas. Porque no se desanima, no baja los brazos ni aunque lo den por muerto. Porque ante un equipo que juega tan bien como mal, no escatima ni un grito de aliento. Y el hincha tripero se repite. Se repite en el Bosque y se repite en cada rincón del país. Tucumán, Madryn, Paraná, Mar del Plata y claro, Jujuy, todos escenarios testigos del aguante basurero.
Ezpeleta, Plaza España, Tolosa, Gonet, Filial Juan Carlos Olave, Javi, Triperos de Salta, Mongongo, son algunos de los trapos que se colgaron en el alambrado del estadio 23 de Agosto en una mañana extraña por el horario. Sol, humedad, amenaza de lluvia a cada rato y mucho calor en la Tacita de Plata, que se calentó más cuando el Tripero saltó al campo de juego vestido de blanco.
Fueron 500 triperos los que desde La Plata y diferentes rincones del norte le pusieron el respaldado al equipo de Troglio. Con muchas familias, con lobos, lobitos, lobitas y la clásica -envidiable- presencia femenina. No hay futboleras más hermosas que las Lobas, y lo demuestran en cada partido con el aullido a flor de pie. Bombos, banderas, gorritos y binchas azules y blancos con un común denominador: el 22.
Párrafo aparte para los Triperos del Norte. Desde Salta llegaron 5 familias, de Jujuy otras más, y de General Libertador San Martín, en el norte de la provincia de Jujuy otros cuantos. Desplegaron sus banderas y le pusieron el agite norteño al Basurero en una nueva excursión por el interior del país.
¿Y que se le puede pedir al hincha de Gimnasia? Nada, al contrario. Por eso quizás el Turbo Vargas se acercó a dar su camiseta a la hinchada una vez finalizado el partido. Ese gesto, es la retribución para un público de asistencia perfecta. Jueguen cerca, en Capital y el Lobo Está. Jueguen lejos, en Jujuy y el Lobo Está. El Lobo siempre Está y la hinchada también.
El momento de la mañana: se jugaban 30 minutos del segundo tiempo cuando Pedro Troglio decidió mandar al campo de juego al pibe Mussis. Debut y ovación para Franco que sintió el primer aliento y respaldo de la 22 en un partido por los puntos.
