Gimnasia sembró dudas en los primeros 40 minutos del partido, pero después, las disipó. Acaso por lo flojo del rival, ya cuando De Blasis mandó la pelota adentro y decretó el descuento, en el Bosque comenzó a flotar un aire de victoria.
De movida, en los papeles, el Lobo era más que Guillermo Brown. Pero el exceso de confianza le jugó una mala pasada al equipo de Troglio, que entró dormido y recibió dos golpes de los duros que lo dejaron al borde del noqueo. Lejos de hallar desespero, Gimnasia se calmó, se ordenó, paró la pelota y emprendió una remontada que de aquí en más puede marcar un antes y un después. Y si bien hoy no importaba el cómo sino el qué (el triunfo era tan vital que justificaba cualquier medio), lo mostrado por los muchachos de Pedro en los primeros treinta y tantos resulta, por menos, preocupante. Sobre todo porque un rival con unos pocos grados más de jerarquía que Guillermo Brown, se habría ido del Bosque con una sonrisa enorme.
El rendimiento del equipo se dividió en dos etapas. La primera fue una calamidad; la segunda, lejos de resultar brillante, mostró una contundencia aliviadora. Lo mejor de la tarde: además de la superlativa actuación de Pouso, que la expulsión de Magallán no haya acobardado a Gimnasia ni mucho menos. Quizás por lo urgente de las necesidades. Lo dijo Troglio en la conferencia postpartido: “Nos jugamos entero por entero, ganarlo o perderlo”. Lo cierto es que el Lobo, con uno menos, igual mordió. Cabrera, Altobelli, De Blasis (rompió el maleficio de la carencia de gol) y por qué no, Piarrou, se ubicaron detrás de Pouso en la lista de puntos altos.
Primer párrafo aparte, para Capurro: quiérase o no, con sus pequeños baches y pese a que algunos lo resisten, el volante ex Colón es una pieza esencial en el tablero de Troglio. Los números así lo demuestran: las tres veces que el Lobo perdió, Capurro no estaba en cancha. Hoy, fue fundamental en la remontada.
¿Segundo párrafo aparte? Para Federico Rasic. El pibe debutó y le tocó salir pero lo comprendió a la perfección. Y el cambio de Troglio, si bien admite lugar para la discusión, termina siendo acertado: Altobelli es una bestia que se aguanta todo.
Por último, esta vez que Monetti no fue el Monetti de siempre –precisamente en el primer tiempo–, el resto del equipo pudo contrarrestarlo en el área de enfrente. Eso merece celebración.
En el horizonte asoma Boca Unidos. Gimnasia deberá ir a Corrientes con la misión de mentalizarse de entrada. No esperar a que los correntinos lancen su primer golpe. Tomando la iniciativa pero con la cautela necesaria, el Lobo deberá hilvanar un nuevo triunfo que sirva para no perder de vista a Quilmes.
