Nota de opinión del periodista del diario El Día, Walter Epíscopo, para Revista LetraG 129 que se repartió ayer en el Bosque.
Muchas veces un club tiene similitudes con lo que es un país. Están todos los actores: el presidente, la oposición, el que roba, el que hace las cosas bien, el pueblo... Nunca nadie va preso, y "todo pasa" como dice el anillo de Grondona. Nunca puede haber una mayoría absoluta, alguien siempre va a estar disconforme. En el caso del club, a veces aparece esa persona para encolumnarse detrás y que una a todos. Alguna vez lo fue Carlos Griguol y el Lobo vivió años muy dulces y de crecimiento; hoy está clarísimo que esa persona es Pedro Troglio, que por ventura, está en el club y no hay que ir a buscarlo a ningún lado.
La pregunta es, ¿podrá Pedro ser esa persona que pueda unir a la familia gimnasista? Eso ya no depende de él, sino del resto. Que se dejen de lado apetencias personales, qué lugar tienen en una lista, qué lugar en el cartel tendrán. Si tengo plata o no. ¿Alguna vez se pensará de verdad y sin mezquindades en el bien de Gimnasia?
Iluso yo, pensé que aquel 12 de julio de 2009 podía empezar a cambiar la historia. Que por una vez, la suerte, el destino y lo que carajo fuera, estaba en favor de Gimnasia. Dije, "esta vez sí". Pero no, quedó claro que no se aprendió absolutamente nada de los errores pasados e inmediatamente se le cerró la puerta al regreso de un jugador del nivel de Leandro Cufré. Después, como ocurre siempre, los jugadores identificados con el club que te dan un plus dentro de la cancha o en un vestuario, se fueron como delincuentes, se les dieron cheques sin fondos y ahí quedaron una vez más, mal apuntados.
Pensé que esa tarde había cambiado la historia, pero no. Fue peor, se siguió coqueteando con la "muerte". Que te la dejó pasar en ese 2009... También en el 2010... Pero la tercera vez fue la vencida y no te dio más chances. Y lo más doloroso que gente del club como Darío Ortiz, Pablo Morant, Ariel Pereyra y Favio Fernández debieron hacerse cargo de un descenso y pagar la fiesta de otros, como la última etapa de Leonardo Madelón, Diego Cocca y Ángel Cappa a quienes realmente se le dio la llave del club para traer refuerzos increíbles o realizar una pretemporada en México sin sentido.
Estaría bueno, que de una vez por todas, todo Gimnasia se junte, sin resquemores ni pases de factura. Sí dejar a un lado a los que hicieron y hacen mal. Por el bien de todos, por esa gente que emociona sólo de verla peregrinar rumbo a la cancha por la Avenida Pereyra Iraola o viajar a distintas provincias. Por los viejos, por los que ya no están y permanecen en el recuerdo en cada sector del Bosque, por los jóvenes, por nuestros hijos. Den la chance de crecer. Y si no, quédense en su casa y no tiren piedras. Acá nadie puede tirar la primera...
Directivos, opositores, hinchas, socios, hay que abrir la cabeza y pensar en el bien de Gimnasia y no en negocios personales, por una vez háganlo. Acá no hay un "gimnasiómetro", se necesita de todos. Hoy está Troglio en el club y puede ser la persona que unifique. Es la hora de sumar y como digo siempre, si la pelota va al ángulo y es gol, listo... pero si va a afuera, no la metamos en el arco nosotros mismos.
Gimnasia está por encima de todos, y sigo creyendo que las buenas ya van a venir. Aprovechemos este instante para de una vez por todas, cambiar la historia de verdad.
