Nota enviada por Santiago Giorello, socio, periodista e integrante de la Filial Necochea, sobre la carta de Troglio para el periodismo. ANÁLISIS
“Si nos rindiéramos ante ese mercantilismo, le dejaríamos el camino liberado a los periodistas que no se comprometen”, Gustavo Veiga, periodista de Página 12 y Revista Un Caño.
Hacer hincapié en la carta que plasmó Pedro Troglio ante la prensa hace unos días, invita a una profundización del tema. "Basta, basta, basta de las personas sensacionalistas que solo buscan deteriorar los proyectos en nuestras instituciones donde pasan de ser el Milan, Barcelona, Manchester a ser Deportivo Tachito sin escalas", expresó el técnico entre otros aspectos. Gimnasia tiene 10 puntos y lidera el torneo, pero quien dirige al equipo fue más allá y deslizó una idea clara: pensar en los proyectos.
Lo que hizo Pedro es elogiable porque apuntó a los que lucran con el fútbol, a los pioneros que en los 90 lo establecieron como un bien mercantil y no como un elemento de inclusión social. Les dijo en la cara que piensen, que reflexionen, que no hagan comentarios deliberados espontáneos que invitan a reaccionarios a hacerse un festín.
Pedro señaló a los buitres que, conscientes o no, esperan el Show del Fútbol, como lo hacen algunos programas televisivos. Se centran en la pelota como dinero acorde a sus intereses, y olvidan las complejidades que vive cada Club como así también sus necesidades.
Lo que dejó Pedro en la carta fue un cachetazo al periodismo, que investiga poco, que no cuestiona, que se consolida como mero reproductor del Status Quo. ¿Por qué? Sencillamente porque se centra en la tensión banal. No profundiza sobre las relaciones de poder con seriedad, no establece criterios elementales en la defensa de los socios y el patrimonio de los clubes. Si busca grietas, deviene el desastre, en la misma línea que los noticieros televisivos difunden muerte, sangre, violencia y tragedia para hacerle el juego al mercado de la "inseguridad" comandado por empresarios, políticos, jueces y grandes popes del negocio comunicacional.
Por estos motivos es destacable la opinión de Pedro, que por algo se crió en su última etapa de futbolista en la escuela de Timoteo Griguol,una persona que destacaba la humanidad de las personas por sobre el lucro, que llegó a decirle a Chirola Romero que no iba a jugar un partido decisivo por el campeonato porque debía rendir la última materia del secundario. Una persona que miraba al club como proyecto y acompañaba en el día a día, que hablaba con acciones, que cortaba el pasto en Estancia Chica y acompañaba a los pibes de la pensión en sus necesidades básicas.
En fin, la carta señalada estuvo cargada de ideología, y le dio un cachetazo al periodismo, que debe marcar errores, pero en función del crecimiento de los clubes y no a favor de los empresarios del fútbol, grandes destructores que perforan instituciones hace años.
No podemos olvidar en todo esto a las instituciones de formación de periodistas: terciarios, escuelas y Universidades públicas y privadas. Cuando hacemos periodismo, en la línea de la expresión de Gustavo Veiga, debemos preguntarnos al servicio de quiénes trabajamos y con qué fines. De lo contrario, como dice el poeta Silvio Rodriguez en una canción, "Quién se presta para peón del veneno, es doble tonto y no quiero, ser bailarín de su fiesta".
Santiago Giorello - Periodista, Socio de Gimnasia y Esgrima La Plata e integrante de la Filial Necochea Ariel Alonso
