El cachetazo recibido ante Defensa tiene que servir de algo, tal como sirvió el trompazo que el Lobo recibió de Amirante Brown. OPINIÓN
En la semana previa al choque con el Halcón hubo tres victorias seguidas, un 5-0 en el medio, dos triunfos de visitante, un Troglio ponderando sin filtros las virtudes de este Gimnasia y pensando en ser campeón.
Nadie lo discute: puede que Gimnasia sea campeón del Nacional B. Ahora bien, el mapa, así trazado, demuestra que no será nada sencillo; que si alguno, después del triunfo ante Ferro, pensó que ya estaba todo liquidado, se equivocó. Porque más allá de los atributos visibles de este Lobo con ambiciones fuertes, acá nadie le gana a nadie de arrebato, con el nombre, con la camiseta.
Tanto Defensa y Justicia como Almirante Brown en su momento, hicieron el negocio perfecto en el Bosque: sacaron el máximo provecho de una defensa tripera que, cada dos por tres, se duerme o hace agua.
Mientras tanto, fecha tras fecha se configura el rival directo de mayor peso que tendrá el Lobo; o así parece a pocas fechas del final de la primera rueda: Olimpo de Bahía Blanca. El equipo de Walter Perazzo tiene bien clarito cuál es su papel, cómo desenvolverse en el escenario de la B Nacional y con qué virtudes y limitaciones cuenta. Es un equipo compacto, efectivo, ordenado y sólido. Y aunque el plantel de Olimpo no goza de nombres de peso como sí tiene Gimnasia en el suyo, Perazzo supo engranar cada una de las piezas. Troglio, todavía, no.
Puede decirse que el viernes pasado Defensa y Justicia abrió el marcador de mera casualidad, cuando los vaivenes del partido le pertenecían por absoluto a Gimnasia y tras una jugada demasiado fortuita. Puede decirse también que el Lobo contó con sendas chances de gol que Quiroga se encargó de desperdiciar. Es que no se le da al Flaco. Pero pese a su enemistad con las redes, su presencia es fundamental como nueve referente. Cuando Pedro lo sacó a los quince minutos del complemento el viernes pasado, Gimnasia perdió peso ofensivo. Y no existe otro jugador que pueda desempeñarse como delantero neto (en verdad sí: está Federico Rasic, pero sus chances de saltar al campo de juego son, hoy por hoy, casi nulas, por exclusiva e inexplicable decisión de Troglio).
Al Lobo le quitaron la cima del campeonato pero no debe desesperarse; Gimnasia tendrá que saber para qué está en cada partido, trabajarlos y tener presente que, muchas veces, el empate también sirve. Gimnasia tiene que mantener la serenidad y diagramar su futuro partido tras partido.
En este marco, el patrón de juego puede variar; debe hacerlo. No todos los equipos son iguales y no todos los partidos son idénticos. Gimnasia tiene las chances intactas. Ahora, desde Jujuy, debe traerse algo. Algo es algo. No perder es la premisa fundamental.