Pedro Troglio logró, contra pronósticos negativos, sobreponerse a las críticas y construir una notable mejoría en el rendimiento de su equipo. Te adelantamos la Editorial de la Revista Letra G que se entregará mañana en el Bosque durante la previa del partido.
Hay que reconocerlo: Pedro Troglio, contra pronósticos negativos, logró sobreponerse a las críticas. Críticas que emergieron en el momento más flagelado que atravesó Gimnasia en esta temporada.
Fueron varios los medios -Letra G escapó a las excepciones- que a mediados de la rueda inicial de este certamen pusieron en tela de juicio la performance del equipo tripero. Lo que se puso sobre el tapete fue el nivel decaído de juego que mostraba el elenco de Troglio. Nos preguntábamos hasta cuándo Gimnasia iba a seguir sumando y permaneciendo en los puestos de vanguardia jugando de una manera poco convincente, frívola y carente de un patrón de gestación futbolística definido.
El Lobo ganaba pero no jugaba bien. El Lobo era puntero pero el interrogante fluía en todos los rincones del periodismo: ¿Hasta cuándo Gimnasia iba a seguir ganando sin merecerlo? Y aquella vez, pese a la negación constante de Pedro, no nos equivocamos: Gimnasia se desvaneció a mitad del camino, quedó cuarto y emergieron las dudas en cuanto al cumplimiento del objetivo primordial: el ascenso.
Troglio no se achicó. Lejos de claudicar ante aquel presente desfavorable, pateó el tablero, movió las piezas y arrancó de cero en los albores del 2013. No le tembló el pulso para bajarle el pulgar a Cabrera, hizo oídos sordos cuando se murmuraba que Gimnasia le había pifiado con los refuerzos (Acuña y Niell) y apostó todo a ganador respaldado por sus íntimas convicciones. Fue en contra de todos, se bancó la parada y arremetió con suma seguridad.
El resultado está a la vista: después del traspié en Junín -aquella vez el Lobo mereció ganar- Gimnasia cosechó meras victorias, un empate y sólo dos goles en contra. Dejó en el camino a Olimpo, estiró magníficamente la diferencia con sus inmediatos perseguidores y ahora pone el ojo en Rosario Central. Esta vez sí, además de los buenos resultados, hay un patrón de juego que brinda cierta tranquilidad para afrontar las 12 fechas que restan.
La premisa, claro, es no volver a caer en la anemia futbolística de la primera rueda. Troglio parece haber tomado nota y le otorga grandes cuotas de confianza a sus dirigidos. Troglio remontó la historia: Gimnasia gana, gusta y hasta golea con frecuencia. Nobleza obliga: esta vez sí, el camino es el correcto y el mérito mayor, de Pedro.
