Gimnasia tiene un plantel completo y bien preparado para afrontar lo que le queda sin pasar sobresaltos. OPINIÓN
Troglio busca y de a poco va encontrando. La rotación obligada de jugadores viene como anillo al dedo en la mitad del certamen, donde el Lobo necesita hallar su once ideal de una vez por todas. Aunque es cierto que, a juzgar por los vaivenes incursionados por el DT tripero, acá juega el que mejor está y punto.
A principio de temporada el techo era de 25 unidades y se presentaba como una suma difícil de alcanzar. Hoy, con 11 fechas disputadas, el Lobo goza de un buen andar en materia de resultados: 18 puntos sobre 33 posibles son el fiel reflejo de que las cosas se vienen haciendo bien. Y si Gimnasia tenía como deuda pendiente cambiar la imagen que acostumbraba presentar en canchas ajenas, la gran labor táctica desplegada en Victoria frente a Tigre invitan a aferrarse a la tranquilidad: este equipo sabe dónde está parado. Y Troglio sabe cuándo virar el timón.
El caso más emblemático es el de Iván Borghello. Esperó su turno, y si bien aún no paga con goles, sí lo hace con el despliegue adecuado para las necesidades triperas. El Memo (ahora volverá al banco porque regresa el colombiano Erik Correa) es una referencia constante de peligro allá en el frente de ataque: corre, lucha, exige, gana de arriba y va a buscar. Cuando alcance el gol, ya nadie podrá poner en duda sus cualidades y cuestionar su incorporación a este plantel.
Punto aparte y párrafo propio para Dardo Miloc, un volante central que en silencio y con una calidad de las que no abundan, va acumulando reconocimiento. Miloc tiene orden y una visión de juego notables. No hay dudas de que en poco tiempo será el dueño absoluto de la camiseta que alguna vez utilizó Fabián Rinaudo. Miloc es, como cada uno de los jugadores de la cantera que pusieron el pecho en los últimos años, un valor de proyección alta gestado en el impecable trabajo de Pablo Morant y el Indio Ortíz. Es un debate para otra ocasión, pero no resulta sencillo comprender por qué ninguno de los dos continúa trabajando en el Club.
Y ahí anda el Lobo. Preparado para morder y con un montón de arsenal, porque el que aguarda en el banco es tan importante como el juega de entrada. Hoy Pereya, Rasic, Borghello y Correa son lo mismo; Pouso y Miloc, también. Coronel, Blengio, Barsottini y Benítez da igual; García no es mejor que Rodríguez ni viceversa; entre Díaz y Oreja diferencia no hay, y Nacho Fernández, Mussis y Meza van parejitos.
Si se analiza la situación, no hay razones para no pensar que, en este tramo final del Torneo Inicial, Gimnasia tiene todo dado no sólo para mantener el promedio de puntos cosechados hasta el momento sino incluso para superarlo. Es que el Lobo transita su mejor forma, tanto futbolística como fisonómica: todos los jugadores están listos para saltar al campo de juego. Quizás por eso a Troglio le cuesta hallar el once ideal. Porque quizás no lo haya. Quizás el ideal simplemente sea el plantel completo.