Las agresiones del periodismo local que debe cambiar los contenidos. No es la primera vez que el Diario El Día realiza este tipo de acciones.
El Diario El Día es parte del entramado político y económico del deporte, donde crea sentidos, opiniones y noticias desde un lugar de poder real hace décadas. La publicidad política, los clasificados, las ventas y la inversión empresarial constituyen el fundamento del multimedio, que distribuye su aparato comunicacional tanto como en la TV (Imagen Platense), Web (eldia.com.ar) y radio (FM La Redonda). A su vez los diarios El Plata y Popular conforman otro brazo clave en las arenas de batallas discursivas, ya que son parte de la empresa de Kraiserburd.
Las agresiones no sólo se dan en las noticias sino también en la construcción de imágenes y en comentarios. Por ejemplo, podrán encontrar en el portal web que la mayoría de los mensajes principales y mayoritarios lo constituyen anónimos que atacan a Gimnasia con las siguientes ideas: recibió siete goles y no tiene campeonatos, por ende es “virgo” y “triste”. En la ilusión del tener se basan esas líneas atravesadas por la cultura del exitismo que fomenta el diario, como en el machismo que fundamenta el fútbol, donde el poseedor es el varón, y la que recibe es la débil, la mujer.
La sensibilidad de varios lectores hinchas eclipsó cuando vieron la foto de Monetti editada con siete dedos. Las disculpas del día después alimentan la provocación, donde el argumento de la urgencia de la velocidad se contrarresta con la figura del editor como persona clave que realiza ese trabajo.
Es válido también recordar cuando se lanzó un calendario anual que contenía las inscripciones “ELP”, donde el brazo del lobo tapó la letra G. En otra ocasión una bandera inscribía el nombre “La banda del lobo fierro”, en una muestra de ironía.
Vale aclarar que este recorrido no implica estigmatizar a los distintos periodistas que ponen el pecho día a día, sino en sus ideólogos, aquellos que son parte la cabeza de la empresa.
Es por ello que estos casos demandan la necesidad de un nuevo periodismo que fomente otras líneas argumentativas en el deporte, como lo pueden ser las actividades colectivas que se hacen por incluir a la sociedad, con fines sociales interpretados como inclusivos y no como negocio.