Letra G
36.229
Fans
29k
Seguidores
Fútbol

06-05-2014

LA VIDA NO ES UNA TÓMBOLA

A dos fechas del final del certamen, Gimnasia mantiene intactas las chances de quedarse con el campeonato. OPINIÓN

Hay dos factores que resultan determinantes en las definiciones de este calibre: el futbolístico y el mental. Mantener intactas las dos esferas significa hallarse a la altura de las circunstancias.

En el plano de la pelota, Gimnasia llega al último tramo del campeonato gozando de su grado mayor de madurez. Es un equipo que entiende cómo afrontar cada compromiso que se le presenta. Lo demostró ante Lanús pese a que la bocha no ingresó al arco de Agustín Marchesín. Porque el Lobo buscó por todas las vías, eclipsó el juego del Granate en ofensiva y mereció por amplio margen la victoria. Además, Monetti volvió a retirarse con la valla en cero: eso habla de una solidez defensiva que se mantiene inmaculada en este último tramo. No es poca cosa.

En el plano psíquico, es necesario conocer si quedaron secuelas de la bofetada que recibió el Lobo en la fecha 17. No tanto por el empate con sabor a nada ante Lanús, sino por cómo fue el desenlace del encuentro que River le ganó a Racing. Gimnasia sigue puntero, pero no es el equipo que alcanzó, sino el alcanzado. Si el conjunto de Ramón Díaz ganaba 3 a 0, cómodo y sin objeciones, era lo esperable. Pero el penal malgastado por Sebastián Saja sobre el final, que habría permitido que la fecha terminara idéntica a cómo había empezado, repartió desazón en el ambiente tripero y otorgó pase libre a viejos fantasmas. Fue un golpe de los duros, un baldazo de agua fría que a menudo hiela las venas de los gimnasistas.

En este sentido, por cierto inexplicable desde cualquier tipo de lógica imaginable, hay algo que no se puede obviar: la historia nunca ha favorecido al Lobo en momentos similares al que vive hoy. Acaso la mala fortuna o las situaciones insólitas (ésas que siempre le ocurren a Gimnasia en forma exclusiva), aniquilaron ilusiones y torcieron rumbos para que el destino siempre fuera el mismo: conformarse con poco menos que la gloria deportiva.

Pero, triperos, hay buenas noticias: la vida no es una tómbola; y el destino, mucho menos, estático: cada uno puede cambiar el suyo. Y este proceso que comenzó con la llegada de Pedro Troglio y con el Lobo mirando de reojo la tabla de los promedios de la B Nacional, atravesó situaciones de toda índole. De a poco se fue consolidando un equipo que comenzó a salir de memoria y el ascenso en Córdoba fue el premio al trabajo serio y bien implementado. Después vino un gran semestre en la máxima categoría y tres frutillas para el postre: asegurar la permanencia en un período de tiempo ágil, obtener el pase a competiciones internacionales y, como decantación, pelear por el título. Y en el medio estuvieron las pruebas de carácter. Esas famosas situaciones casi límites que Gimnasia superó con hidalguía, una por una. Entonces bien: la del domingo será otra de ellas.

Pase lo que pase, Gimnasia habrá sido el mejor equipo del campeonato. La regularidad y la comprensión perfecta de su propio libreto -ningún otro conjunto del torneo comprendió tan bien el suyo-, depositan al Lobo en lo más alto a nivel del rendimiento. Después, claro, se verá. Porque los demás también juegan y porque los vaivenes del fútbol suelen resultar indescifrables. Pero hay algo que es seguro: Gimnasia sabe y mucho acerca de capear temporales o de inflar el pecho en momentos justos o de agigantarse en las difíciles. Este equipo quiere cambiar el destino y para lograrlo jugará con el corazón en la mano. De eso no hay dudas. ¡Arriba Gimnasia, arriba nomás!


Agustín Colianni

Letra G
SEGUINOS @LetraG







SEGUINOS facebook.com/letra.medios


Letra G