Gimnasia debe reforzarse muy bien para afrontar el desafío de mantener la categoría, pero no es sencillo hacerlo.
La novela de los refuerzos en Gimnasia parece no tener fin, a menos de una semana para la vuelta al trabajo todavía no se sabe a ciencia cierta quienes se sumaran a Sosa y Agüero en la lista de refuerzos para la próxima temporada.
Y eso es algo que la comisión directiva debe manejar a la perfección para lograr que los jugadores solicitados por el DT lleguen en tiempo y forma para trabajar junto al existente plantel.
El caso de Sessa es el que mejor ejemplifica la forma en que la actual comisión directiva parece manejar el modus operandi de incorporaciones.
Mucho ruido y pocas nueces, mejor seria que haya muchas nueces sin hacer mucho ruido. En claro, que Gimnasia cierre las incorporaciones antes de dar a la luz quienes son los jugadores apuntados.
A Sessa se lo expuso tanto que ahora Vélez se acordó de él tras echarlo como un perro y resulta que tiene más chances de incorporarlo que Gimnasia. Club con el que ya el arquero firmó un pre contrato.
González, el delantero de Olimpo es otro al que el Topo le había echado el ojo pero tras darse a conocer la noticia públicamente hasta el hartazgo, otros clubes vieron la posibilidad de incorporarlo.
Lo mismo sucederá con Irala, Lamas y quienes pretendan. Sucederá siempre y cuando los nombres se filtren por las no tan firmes paredes del poli y se den a conocer avivando a otros clubes.
Gimnasia no es el último campeón, no disputará copas y su único -y primordial- objetivo será zafar del descenso, por lo que muchos jugadores quizás no quieran tomar ese riesgo y prefieran mostrarse en otros clubes con mayor vidriera.
Por eso, hay que ser cautos, no fiarse de los buchones y priorizar el armado del equipo antes que dar una primicia a tal o cual periodista “amigo”.
Señores dirigentes, no hay margen de error, las decisiones a tomar deben tener una precisión quirúrgica porque está en juego la vida de un Club de Primera.
