El Lobo se plantó bien de entrada, con un sistema óptimo, y apostó al juego que mejor le sale: presión alta, ceder la iniciativa al rival y buscar la salida rápida. Siempre, claro, manteniendo el orden en el mediocampo, la clave de este equipo que, cuando se concentra, suele terminar bien parado.
Boca, que manejó la pelota durante la mayor parte del juego, anduvo impreciso en las últimas líneas, ya sea por falta de eficacia o porque a menudo creció la figura de Fernando Monetti. El Mono construyó una muralla en el arco tripero y en varias ocasiones desbarató los planes del rival.
Pero ya a los diez minutos, cuando Gimnasia aún no había mostrado las garras, Pablo Vegetti se mandó a lo guapo por la derecha, envió un centro que Marín rechazó mal, y la pelota le quedó a Jorge Rojas. El paraguayo, que venía tomando carrera, le dio a quemarropa y el balón rebotó en un rival y se fue a clavar al sector derecho de Orión. 1 a 0 arriba el Lobo. ¿Merecido? No si uno se dejaba llevar por las impresiones superficiales del encuentro; pero sí, si uno analizaba el discreto y eficiente trabajo táctico que venían implementando los de Troglio.
Lo que siguió a aquella acción no varió mucho de lo que venía siendo el partido. Gimnasia se retrasó un poco y Boca se vio obligado a adelantarse y apretar el acelerador. Así, en base a lo que pudiera crear Carrizo, el Xeneize buscó por varias vías, pero con más ganas y voluntad que ideas concretas.
Ya con Miloc en cancha en lugar de Pouso (sintió una molestia y debió retirarse), el Lobo fue inteligente para presionar y dejarle escasas chances al ataque de los locales.
En el complemento, antes del minutos, llegó la segunda ocasión clara tripera: Álvaro habilitó con un pase exquisito a Rojas, quien sacó el centro para la llega en soledad de Vegetti. El delantero cabeceó de pique al suelo, estableció el segundo y llegó a los siete tantos en su cuenta personal.
Allí sí, el Lobo, con todo a su favor, controló el partido sin tener la pelota, una marca registrada de este equipo. Boca lo buscó pero no lo encontró. Monetti volvió a salvar en sendas jugadas y, con el correr del tiempo, Gimnasia vio cada vez más cerca la victoria.
Diego Abal ignoró una clara mano de Barsottini en el área, aunque al no sancionarla pareció compensar un agarrón del Cata Díaz a Pucho en la primera etapa que también era penal.
No hubo nada más. El Lobo, con el juego que mejor le sienta, pasó por arriba tácticamente a Boca: fue preciso, práctico y eficaz en todas las líneas. Y así, se quedó con un triunfo merecido en la última parada del año.
SÍNTESIS
BOCA (0): Agustín Orión; Leandro Marín, Juan Forlín, Daniel Díaz, Nicolás Colazo; José Fuenzalida, Andrés Cubas y Cristian Erbes; Federico Carrizo, Emanuel Gigliotti y Jonathan Calleri. DT: Rodolfo Arruabarrena.
GIMNASIA (2): Fernando Monetti; Facundo Oreja, Osvaldo Barsottini, Maximiliano Coronel y Lucas Licht; Jorge Rojas, Álvaro Fernández, Omar Pouso y Javier Mendoza; Maximiliano Meza y Pablo Vegetti. DT: Pedro Troglio.
CAMBIOS: PT: 14´ Miloc x Pouso (G). ST: 8´ Castelani x Cubas y Cristaldo x Fuenzalida (B), 16´ Acosta x Carrizo (B), 36´ I.Fernández x Meza (G) y 41´ Quiroga x Rojas (G).
