Otra vez sopa. Gimnasia volvió a perder, volvió a quedarse sin nada en el Bosque, volvió a cometer errores básicos en defensa, volvió a sufrir por haberle regalado a Lanús uno de los mejores arqueros de Argentina y volvió a ser un equipo inocente y tonto en pasajes cruciales del partido. Y volvió a retroceder al equipo cuando había encontrado la fórmula de superar al rival y volvió a conformarse con haber merecido un poco más.
Gimnasia volvió a tropezar con la misma piedra. Si bien la parada no era sencilla, enfrente estuvo un River diezmado entre lesiones y jugadores convocados a sus respectivos seleccionados.
El Lobo empezó mejor, presionando alto, generando juego y creando peligro. Tuvo varias situaciones netas de gol en el inicio del juego. La más clara, cuando Nacho Fernández definió apenas desviado de frente a Chiarini.
El Tripero hacía correr bien la pelota, con un eje dinámico y bien conformado por Álvaro, Nacho y Meza en el medio, más el gran aporte de Antonio Medina, movedizo por todo el frente de ataque.
Pero con el correr de los minutos, River se fue acomodando en la cancha. Ganó terreno en el mediocampo y comenzó a desequilibrar a una defensa que, otra vez, defendió a las aventadas.
Porque así llegaron esos dos trompazos del Millonario: consecuencias evidentes de falencias imperdonables. Dos veces Barsottini (su nivel es preocupante desde hace rato) falló en el cálculo, y dos veces a Nicolás Navarro se le escaparon pelotas sencillas que, Cavenaghi primero y Solari después, supieron aprovechar para quebrar la valla tripera.
El visitante se fue al vestuario con dos goles de ventaja obsequiados y habiendo superado al Lobo física, táctica y conceptualmente en el último lapso de la primera etapa. Porque Gimnasia no hizo más que arrastrarse por la cancha desde la apertura del marcador hasta el pitazo de Lunati que indicó el final del primer tiempo.
En el complemento, la ecuación fue similar. Gimnasia salió con todo. Y esta vez, sí pegó cuando tuvo la oportunidad. Maxi Coronel la mandó a guardar de cabeza tras un córner bien ejecutado por Nacho, que a partir de allí se puso el equipo al hombro y fue el líder de cada ataque del equipo albiazul.
El mismo Fernández se hizo cargo minutos después de una pelota quieta al borde el área. Y sacudió y el balón ingresó tímidamente contra el palo izquierdo de Chiarini. 2 a 2 y a volver a empezar.
Entonces, otra vez, Troglio hizo lo que peor le sale: retroceder. A esa altura Oreja había salido reemplazado por Nicolaievsky, justo antes de que el Lobo llegara a la igualdad. Pero el DT tripero optó por reacomodar las piezas y mandó a la cancha a Velázquez por Álvaro para cubrir el sector derecho.
Gimnasia perdió peso ofensivo y River, al ver que el Lobo dejaba a un lado la agresividad, decidió acelerar. Y así llegó, sobre el final, el último tiro de esquina para el equipo de Marcelo Gallardo, en el que, otra vez, Barsottini falló en las alturas y Mora capturó la pelota y estableció cifras definitivas.
El Lobo sigue en un declive. Si bien desde el juego viene mejorando, aún no le alcanza para lograr resultados. Habrá que seguir trabajando sobre los errores inadmisibles de siempre y comenzar a enderezar esta situación.
SÍNTESIS
GIMNASIA LA PLATA (2): Nicolás Navarro; Facundo Oreja, Osvaldo Barsottini, Maximiliano Coronel y Oliver Benítez; Maximiliano Meza, Roberto Brum, Álvaro Fernández e Ignacio Fernández; Antonio Medina y Pablo Vegetti. DT: Pedro Troglio.
RIVER PLATE (3): Julio Chiarini; Emanuel Mammana, Jonatan Maidana, Germán Pezzella y Leandro Vega; Augusto Solari, Leonardo Ponzio y Ariel Rojas; Leonardo Pisculichi; Rodrigo Mora y Fernando Cavenaghi. DT: Marcelo Gallardo.
GOLES: PT: 32´ Fernando Cavenaghi (RP) – 37´ Santiago Solari (RP) - ST: 8´ Maximiliano Coronel (G) – 26´ Ignacio Fernández (G) – 43´ Rodrigo Mora (RP)
