En el día de la vuelta de Fito Rinaudo, otra vez Nacho Fernández se consagró en el Bosque y, a pocos segundos del final, le dio el triunfo a Gimnasia sobre Crucero del Norte con un zapatazo messiano fenomenal. Fue 2 a 1 en un encuentro que el Lobo dominó con holgura pero donde falló en la definición y terminó sufriendo. Nicolás Mazzola abrió la cuenta. Gimnasia llegó a la sexta victoria al hilo y sueña...
Gimnasia sufrió más de la cuenta pero gozó mucho más sobre el final. Después de ejercer un dominio notable sobre Crucero del Norte, pagó demasiado caro las fallas en la definición y tuvo que recurrir al grito de desahogo de Nacho Fernández, que otra vez se disfrazó de héroe en el Bosque.
Y en el Bosque pasó de todo. Lo que se presentaba como una tarde tranquila a favor de Gimnasia, con el correr de los minutos y gracias a la impecable labor del arquero rival, Horacio Ramírez, algunas dudas empezaron a brotar en 60 y 118.
Porque de entrada, el Lobo buscó avasallar a su rival. Ya a los dos minutos de juego Jorge Rojas se lo perdió mano a mano con el golero visitante. Y después hubo jugadas de todos los colores, decenas de llegadas de riesgo de un equipo tripero que no le otorgaba respiro alguno a su rival: lo tuvo Meza, lo tuvo Mazzola, lo tuvo Nacho y lo tuvo Álvaro. Pero la falta de puntería y la notoria presencia de Ramírez le anulaban los trayectos a un Lobo picante.
Crucero aguantaba como podía. Su plan de replegarse y salir de contra marchaba sobre ruedas. Claro, hasta los 43 minutos de la primera etapa, cuando Meza desbordó por vez enésima y habilitó a Mazzola. Y el grandote resolvió en dos toques: la acomodó con la derecha y fusiló al difícil Ramírez con la zurda.
Tras el descanso, el partido fue otro. Fue otro porque el equipo misionero tuvo que salir a buscar la igualdad. Y allí sí, emergieron los espacios. Y el Lobo los aprovechó, porque el encuentro se transformó en una monotonía tripera que asomaba como interminable: llegadas de todo tipo, contenciones de Ramírez, una tras otra, tres despejes en la línea y más. Medina, Meza, Nacho, Álvaro, Mazzola, incluso Brum. Toda la artillería desplegada para liquidarlo. Gimnasia, superior desde todo punto de vista, era una aplanadora cuya única piedad yacía en la falta de definición.
A los 25 minutos del complemento llegó el momento más esperado: Fito Rinaudo ingresó por el sobresaliente Brum y el Bosque explotó en un cúmulo de ovaciones. Y Gimnasia siguió yendo al frente para cerrar el pleito, pero otra vez iba a fallar en los tramos finales.
Rozando los 40, el baldazo de agua fría: córner desde la derecha para Crucero, alguien perdió la marca, y Lechner dejó sin chances a Nicolás Navarro. Increíble pero cierto: el fútbol traía estas cosas.
Pero pocos contaban con la astucia de la joyita de la abuela: Nacho Fernández. Después de que Barsottini estrellara un cabezazo en el palo y que las esperanzas se apagaran, el número ocho del Lobo enarboló una jugada memorable. A lo Messi (sí, a lo Messi), encaró por el medio y sacó un zurdazo impecable, endiablado y mágico. La pelota fue directa al ángulo superior derecho, en el arco preferido de Nacho, y el bueno de Ramírez, esta vez, nada pudo hacer. Faltaban segundos para que se cumpliera el tiempo de adición establecido por el correcto Delfino. Y otra vez, como aquella tarde ante Nueva Chicago, Gimnasia sonrió de la mano de su mejor baluarte. Y a otra cosa: sexta victoria al hilo y van...
El Lobo se ilusiona y crece. Y tiene con qué para seguir dando pasos enormes en este torneo. Un equipo que sabe a lo que juega y que no le teme a nada. Ahora, a seguir trabajando, que el sábado venidero habrá una batalla campal en el Nuevo Gasómetro.
SÍNTESIS
GIMNASIA (1): Nicolás Navarro; Ezequiel Bonifacio, Maximiliano Coronel, Osvaldo Barsottini y Facundo Oreja; Álvaro Fernández, Roberto Brum e Ignacio Fernández; Jorge Rojas, Nicolás Mazzola y Maximiliano Meza. DT: Pedro Troglio
CRUCERO DEL NORTE (1): Horacio Ramirez; Alejandro Pérez, Dante Bareyro, Rodrigo Lechner y Nicolás Dematei; Nicolás Martínez, Nicolás Olmedo, Fabio Vázquez, José Dujaut; Ariel Colzera y Gabriel Ávalos.
