Momento de meseta futbolística. Momentos de tensiones que dan lugar a las típicas idas y vueltas propias de las discusiones deportivas. Que el equipo sí, que el equipo no; que el técnico es un fenómeno, que el técnico debe correrse. Y así empezamos para volver a enredarnos y quedarnos, finalmente, en la superficie. EDITORIAL
Por supuesto que es necesario tratar de interpretar las etapas y buscar las mejores explicaciones, aventurar algunas respuestas que no son definitivas pero que intentan describir desde el costado que nos toca, en la inmensidad de Gimnasia, lo que creemos que ocurre.
En este sentido, nos pasa que el fútbol, hace mucho tiempo que se encuentra en un período de reacomodamiento que tiene que ver con el ya antiguo regreso a Primera, con las urgencias y las salidas de algunos jugadores, así como también con un puñado de contrataciones en el marco de un Club que realmente no puede mostrar la billetera como otros. En realidad, la historia de Gimnasia indica que nunca estuvo despreocupado por el dinero y jamás le resultaron fáciles este tipo de cuestiones.
Así las cosas, hoy el Lobo es una institución sostenida en varias esferas por iniciativas de otros sectores que tienen que ver con su vida política (tengan o no intenciones electorales), además de golpes de timón y administraciones austeras de las que pocas novedades tenemos.
En esa medianía es que no sabemos muy bien de qué se trata, en esa ausencia representativa por parte de nuestros dirigentes hacia el afuera, en esa falta de notoriedad pública institucional, nos ponemos los cortos y salimos a la cancha.
Pedro Antonio Troglio está ubicado en el centro de la escena. Por ende, Gimnasia es en un inmenso porcentaje, Pedro Troglio y todo aquello que él pueda, con aciertos y virtudes, ofrecerle a la actualidad.
La exposición y la trascendencia del Club dependen de lo que nuestro técnico diga o declare en los medios nacionales; porque el diálogo con la gente también pasa por su mano, porque la conducción del plantel, la obligación de ganar y la decisión de seguir también son parte de su trabajo; porque la elaboración de frases optimistas para mostrar una institución en crecimiento son, entre otras cosas, parte de su agenda; porque pasar por alto cosas que otros técnicos no tolerarían ocupa algo de su tiempo.
¿Esto es lo correcto? No, definitivamente no. Pero resulta necesario aclararlo porque son cuestiones que exceden su representatividad como técnico y eso, muchas veces, es una buena noticia para otros. ¿Qué queremos decir? ¿Que Gimnasia juega mal o bien por esos motivos? ¿Que no es necesario criticarlo? No.
Lo que queremos decir es que Gimnasia va a despegar definitivamente el día que no dependa de un referente únicamente; el mismo día en el que todas las aéreas funcionen bien y de una manera competitiva, el día que todos discutamos puertas adentro el modelo institucional más viable y que cada responsable pueda representar al Club de manera escalonada y en un conjunto que permita pensar el fútbol más allá de las decisiones de noventa minutos de todos los fines de semana.
Por eso, en esta editorial, solamente queremos decir que los reclamos deben ser justos con las decisiones exclusivamente futbolísticas de Pedro, y no olvidar todo lo que pasa para que no podamos dar un salto de calidad. Si hay reclamos, que sean justos.
