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Fútbol

15-12-2015

GIMNASIA ES MÁS GRANDE

Después de tantas idas y vueltas Pedro Troglio anunció que seguirá a través de Twitter. Son buenas noticias para Gimnasia pero hay que tener en claro que el destino del Lobo no puede estar aferrado a la continuidad o no de un DT específico. Acá, un balance del ciclo Troglio. OPINIÓN

Gimnasia atraviesa momentos de renovación. Por dondequiera que uno mire se topa con situaciones decisivas de cara al futuro. Mientras progresa la Platea H y la fantástica obra Campus Gimnasia abre las puertas de un rumbo promisorio (hay que decirlo: todo mérito de los socios), en el plano de la pelota el ciclo de Pedro Troglio continúa.

Hay mil desafíos para un cuerpo técnico que entre los triperos despierta apoyo y objeciones, halagos y críticas despiadadas. Pero lo cierto es que el Lobo puede permitirse soñar en grande, solo siempre y cuando haya clima de unidad y consenso en un nuevo proyecto futbolístico.

El entrenador tripero vive en un tire y afloje constante con Daniel Onofri y compañía. Ciertamente existen concesiones y disputas permanentes entre un lado y otro. Cuando la CD necesita de Troglio en vísperas de procesos eleccionarios, no vacila en anunciar renovación del DT con bombos y platillos. Es que el costo político que significaría un alejamiento del entrenador, resulta inversamente proporcional al trastorno que implica satisfacer sus demandas: esto es, en cada mercado de pases y también en otras dimensiones.

Así, el corte de cuajo que sufrió la gestión del Yagui Fernández produjo un cortocircuito que hizo tambalear –una vez más– la dirección técnica del primer equipo. Y si se analiza en frío la situación, resulta, por menos, paradójica. Porque a juzgar por lo visto en los últimos años, Troglio mira de soslayo a las divisiones inferiores. No hay jugadores (a excepción de Ezequiel Bonifacio) formados en la era Fernández que se hayan establecido en Primera. Algunos, a duras penas, tan rápido como debutaron regresaron al equipo de Reserva; otros, ni siquiera tuvieron su chance. Y mientras tanto, futbolistas como Velázquez llegaron para tapar a los pibes (en tal caso, bien cabe mencionar a Ignacio Jáuregui).

Dicho de otro modo: Troglio no pareció confiar demasiado en el trabajo del Yagui, por lo que no existe justificación para haber jaqueado su propia continuidad a partir de la salida del ex coordinador de inferiores. Es más: la tarea de Favio Fernández distó y mucho de satisfacer necesidades básicas, por lo que las divisiones menores necesitaban renovación de la mano de un nuevo proyecto. Después, sí, pueden discutirse los modos de acción que a menudo lleva adelante la Comisión Directiva, que hace y deshace a su antojo sin consultas previas, como sucedió en el caso de Nicolás Navarro.

En este marco, la nula promoción de pibes de la cantera va en desmedro de un club social como lo es Gimnasia, que necesita, con frecuencia, usufructuar su patrimonio con ventas. Y los pibes son patrimonio.

Está de más volver a señalar la importancia de la figura de Troglio para Gimnasia. Eso sería redundante. Hoy, Pedro es el empleado emblema del Club. Y si sus mejores virtudes fueron regresar al Lobo al lugar que le corresponde y forjar un equipo ciertamente competitivo con algunas individualidades que ahora son baluartes, también es preciso subrayar los errores, porque los hubo y hay a montones.

El entrenador tripero no acepta otras variantes a su visión de juego. Más de una vez se ha levantado de conferencias por discrepancias con la prensa y ha tildado de ignorantes en materia futbolística a los periodistas. Pedro despotrica contra la posibilidad de otras formas de entender el fútbol. Pero la realidad indica que en el lapso reciente no se cumplieron ni los objetivos básicos: Gimnasia fue eliminado de la Copa Argentina, se bajó rápidamente de la pelea por el campeonato y no logró la clasificación a ningún certamen internacional. Por otro lado, nobleza obliga: el pésimo arbitraje y constante bombardeo al Lobo también hizo su parte, pero al fin de cuentas cada uno resulta dueño de su destino.

En materia de clásicos los números son contundentes: desde su regreso a Primera División Gimnasia disputó 10 partidos ante Estudiantes, entre torneo local, Copa Sudamericana y certámenes de verano. Ganó solamente uno, perdió tres y empató los restantes. Puede sonar bastante parejo y en el trámite de cada uno de esos choques se evidenció una extrema paridad. No obstante, en materia de resultados y a diferencia de lo que manifiesta Troglio, la cosa no está equilibrada: el clásico que ganó el DT tripero fue uno de los de verano. Después, perdió los importantes: cayó en dos cotejos en condición de local por el campeonato (el Lobo no perdía en el Bosque desde 1995), dilapidó el último derby en Mar del Plata, que estaba ganado y que el Pincha igualó sobre la hora con un hombre menos, y cayó como visitante en el encuentro de vuelta por la Copa Sudamericana, quedando eliminado del primer cruce internacional clásico de la historia. Para apuntar: siempre hubo una tendencia temerosa del conjunto albiazul cuando las cosas se le presentaban favorables: retroceso de las líneas, postura ultradefensiva y decisión firme de obsequiar la iniciativa al rival.

Puede decirse: Pedro hizo mucho con muy poco. Puede decirse: Pedro vino al Lobo cuando las papas quemaban y lo sacó del agujero. Puede decirse: Pedro quiere al Club. Y también, que Pedro peleó dos campeonatos hasta el final y que sacó jugo de las piedras con planteles mediocres. Todo puede decirse, pero todo también resulta discutible. Troglio es el único entrenador en la historia de Gimnasia que no cumple objetivos pero que se lo cuestiona poco y nada. Y que cuando se lo osa cuestionar, gruñe y amenaza con pegar el portazo. Como si Gimnasia no pudiera sobrevivir sin Troglio. ¡Una locura! Que Gimnasia no pueda sobrevivir sin Troglio se transcribe en una falacia incomprobable y carente de justificación, un mito creado en los últimos años por aquellos obsecuentes que se conforman con escaparle al descenso. Más razonable sería decir que cuando Pedro se vaya, vendrá otro, y que no habrá ningún apocalipsis.

Hay una gran grieta: hinchas evidentemente conformistas, que entienden que el Lobo debe estar agradecido de jugar en la máxima categoría y que apoyan al entrenador; e hinchas que eligen el lado de la crítica y ambicionan en grande, quizás más de la cuenta y más de lo que hoy ameritan las condiciones en las que Gimnasia está inmerso. Son extremos y lo ideal reposa en un término medio. Esto es, corregir errores y potenciar virtudes, porque hay de los dos.

Lo que sí, las embestidas de Troglio, que con asiduidad lanza granadas desde su cuenta de Twitter, no ayudan. Hablar de hinchas genuinos e hinchas falsos o postizos, además de asumir una posición altanera que no corresponde, contribuye a generar distancias cada vez más notorias entre gimnasistas que ansían lo mejor para el Club.

Por lo demás, Troglio demostró capacidades notables como DT. Detrás de Griguol y junto a algunos otros más, Pedro se encolumna en la lista de entrenadores sagaces y rendidores. Allí yace su firma, entre los ídolos de la historia grande tripera. Pero Gimnasia no le debe nada. Porque Gimnasia es más grande que Troglio. Más grande que Troglio y que todos los ídolos de la historia grande tripera juntos.


Agustín Colianni


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