La hinchada del Lobo copó el centro de la ciudad y desató un extenso banderazo sobre la Bristol, que se tiñó de azul y blanco.
ACCEDER A GALERÍA DE FOTOS
_________________________________________________________________________________
Desde temprano, los primeros micros que llegaron a Camet comenzaron a vestir la ciudad balnearia con tono albiazul. A lo largo del día el caudal de hinchas Tripero se incrementó de forma notoria para marcar una vez más la diferencia. Con populares agotadas y la expectativa por compartir este sentimiento que solo los Triperos entendemos, la fiesta estaba en marcha.
Cerca del mediodía las playas céntricas de Mar del Plata eran de un solo color para esperar el tan ansiado banderazo y posterior partido. Banderas, camisetas y todo tipo de elementos con la insignia de Gimnasia eran valederas para invadir la ciudad. Alrededor de las 17 horas más de 2000 hinchas del Lobo se acercaron al playón que hace de antesala a la Bristol.
En las inmediaciones del Hotel Provincial, las bombas de estruendo retumbaban y el Lobo se hacía sentir. Las canciones típicas, banderas ondeando al sol, bombos y todo lo que no puede faltar en un banderazo. La familia Gimnasista es una demostración constante de sentimientos.
El evento se desarrolló hasta el atardecer, donde una vez finalizado los Triperos emprendieron viaje hacia el Estadio Jose María Minella. Allí, otra fiesta más. La tribuna sur del mundialista fue toda azul y blanca, abarrotada de gente. El ingreso de los jugadores al campo de juego los esperó con un gran show de fuegos artificiales y miles de banderas que hacían alusión al torneo obtenido en 1994, y posterior descenso del clásico rival. Lo sucedido en el desenlace del partido de fútbol nada tiene que ver con esto.